lunes, 2 de enero de 2012

Cap 25

Lucas:

Salí del edificio y subí en el primer taxi que vi.
Sentía cómo por dentro el corazón se me estrujaba de dolor y amargura. ¿Cómo alguien podía ser tan mal agradecido e insensible? Aquello que Sophia me había dicho me había hecho darme cuenta de que quizá realmente era un estúpido y que perdía mi tiempo junto a ella. Pensé que era tiempo para mi.
Llegué a mi apartamento y busqué una maleta, coloqué todas mi ropa y tantas pertenencias como pude, tomé otro taxi y me dirigí al aeropuerto.
-Un boleto para el próximo avión a Italia, por favor.
La señorita detrás del mostrador tomó mis papeles y el dinero, finalmente me entregó el boleto de avión e indicó la hora de salida del vuelo.

Ya había hecho todo el trámite para que revisen las maletas y demás. Me iría y dejaría que Sophia se las arreglara sin mi.
-Sí, hoy vuelvo a Italia, dile a mamá que pronto la veré.
-Estoy muy feliz de que regreses hijo, le daré tu recado a tu madre. Adios.-contestó mi papá.
-Adios.
Hacia mucho calor así que fue al baño a mojarme la cara un momento, la verdad es que tuve que correr porque faltaba poco para que mi vuelo partiera.
Estaba saliendo de los servicios higiénicos cuando alguien me detuvo, era un amigo de mi abuelo que precisamente acaba de llegar al país, me entretuvo preguntándome sobre mi y para cuando terminamos de conversar con lo primero que me encontré fue con el gran panel que anunciaba el ritmo de los vuelo del día y para mi sorpresa descubrí que mi avión había partido.
No pensaba tomar eso como un aviso de que debía quedarme ni nada por el estilo yo me marcharía esa tarde así tuviese que comprar otro pasaje. Y así fue, compré otro boleto y ese mismo día partí de vuelta a Italia.

Sophia:

-Ven aquí un momento-me llamó Marshall y me llevó caminando lejos de las personas con las que había estado hablando.-Hay alguien que quiere conocerte.
Frente a nosotros había un hombre, de inmediato lo reconocí.Valentino.
-El gusto es mio-respondió.
Me sentía como en el mismo cuento de hadas. Una cosa era estar en su fiesta y vestir sus diseños y otra muy diferente estrecharle la mano.
Tuvimos una conversación muy amena, la cual fue interrumpida abruptamente.
-Señorita Anderson-interrumpió mi asistenta-La llama Vanessa Pierce. Dice que es urgente y la verdad suena muy desesperada.
Miré a Marshall con la duda en el rostro, él asintió dándome permiso para contestar.
-Disculpen-tomé el teléfono y me hice a un lado.-Vanessa¿qué sucede?
-Sophia....ha sido tan difícil comunicarme contigo...-su voz se oía tan aplastada de dolor-Yo no sé como....decirte esto...
-Vanessa, Vanessa tranquila, respira y relájate. Dime qué pasó.
-No puedo tranquilizarme Sophia....él...está muerto.-estalló en llanto.
-¿Él? ¿Qui-quién es él?-la desesperación y angustia se apoderaban de mi.
-Lucas-susurró.
Sentí como todo se venía abajo. Por un segundo no lo creí. La respiración empezó a fallarme.Él no podía estar muerto no....
-¿Lucas muerto?-repetí casi en un grito.
De inmediato las miradas se centraron en mi.
Unos brazos amortiguaron mi caída.

Los párpados me pesaban y sentía un incón en la cabeza. La luz del foco sobre mi cabeza me segó un poco cuando intenté abrir los ojos. Eché un vistazo al rededor, era un cuarto de hospital.
-Qué bueno que despertaste-dijo Marshall-¿cómo te sientes?
-Bi-bien-me incorporé-¿Haz hablado con Vanessa? La llamada se cortó.
Marshall observó al médico, el cual asintió.
-Sophia, ayer, en la fiesta de Valentino, Vanessa te llamó y...ella te dio una noticia.¿No la recuerdas?-preguntó con mucho tacto.
Un escalofrío me recorrió.
-Lucas-susurré con el poco aire que me quedaba. Quise ponerme de pie. Buscando mi teléfono.-Él no está muerto-aseguré.
-¿Qué haces?-cuestionó mi manager al verme con el celular en las manos.
-Llamarlo verás cómo contesta.
Había perdido el control por completo.
-Sophia, Sophia-entre Marshall y el médico me tomaron de los brazos y me recostaron en la cama otra vez.
-Déjenme-exigí-debo llamarlo.Él-no-está-muerto-bramé-No está muerto-estaba la borde del delirio,ahora lo reconosco.
-¡Enfermera!-llamó el doctor.
Una mujer vestida de blanco, ingresó en la habitación y mientras los dos hombres luchaban por mantenerme en la cama, la enfermera me inyectó un calmante.
Poco a poco la vista se me nubló y lo único que pude pensar fue que si Lucas hubiese estado allí, eso no hubiese pasado....

Lucas:

Cuando llegué a Italia fui directo a mi casa y cuando estuve allí, mi madre vestida de negro, me abrió la puerta.
-¡Lucas!-sollozó-Hijo,hijo-lloró mientras me abrasaba.
¿Por qué mi madre lloraba y estaba vestida de negro?
-Eres tu...yo lo sabía...mi hijito.Dios mio,gracias.
-Mamá, ¿qué pasa?
-¿Lucas?-era la voz de mi padre, proveniente de la sala.
Entré en su búsqueda. Él estaba en el sofá y al verme se puso de pie y me miró con desconsertación. Como quien ve a un fastama. Caminó hacia mi pero se detuvo, continuó observándome y de pronto se arrojó entre mis brazos hecho un mar de lágrimas.
-Sabía que Dios iba a traer a mi hijo de vuelta.
-¿Qué sucede?-pregunté una vez que me soltó-¿Por qué se comportan así?
-Hoy por la mañana, nos llamó el representante de la línea aérea y nos dijo que tu avión había caído y que nadie había sobrevivido.-la voz se le quebró.
-Lo que no sabemos es cómo estás aquí-dijo mamá.
-Perdí el avión y tuve que tomar otro.Posiblemente mi nombre no se borró del sistema. Debería ir a revisar eso pero, lo importante es que estoy aquí.-me puse de pie y los abrazé.

Tal como había supuesto, hubo un error y mi nombre no se había borrado de la lista de pasajeros. Cuando iba de camino al aeropuerto para hacer las averiguaciones pertinentes, me di cuenta de que quizá aquello no había sido un simple error. Era mi oportunidad, yo quería alejarme de Sophia y que ella se olvidara de mi y qué mejor manera de hacerlo que dejarla creer que estaba muerto, era cruel pero de alguna manera era lo mejor.
Así que cuando me presenté en el aeropuerto, di otro nombre, argumentando que era un familiar, me mostraron la lista de pasajeros. Mi nombre estaba allí.
-Eso es todo, gracias-le dije al encargado.
-Mi más sentido pésame-respondió antes de marcharse.
Salí e hice una llamada.
-¿Operadora? Quisiera el número del taller principal de Stella Pierce, por favor.
-Un momento.
Llamaría allí y pediría que me comunicaran con la mamá de Vanessa para que me pudiera decir si ella seguía en Liverpool o se había mudado ya a Italia, pues la última vez que había hablado con mi amiga me había comentado que para estar cerca de su madre, y como esta residía actualmente en Roma porque había mudado el taller de confecciones principal a Italia, ella se mudaría también.
-Gracias-respondí una vez que tuve el número.-Ciao, mi chiamo,Lucas Bartolini, vorrei comunicarmi con la signora Stella Pierce, per favore.(Hola, mi nombre es Lucas Bartolini, quisiera comunicarme con la señora Stella Pierce)
-Un momento per favore.-respondió la señorita al otro lado de la línea.
Luego de un momento la voz de la madre de Vanessa sonaba del otro  lado de la línea. Le dije que aquello de "mi muerte" era un error y que quería saber si su hija estaba en Roma, finalmente me dijo que sí y me dio la dirección de la casa en donde estaba.
-Gracias.
Subí a un taxi y fui a ver a Vanessa.

Luego de una aparición inesperada en casa de mi amiga de una larga charla llena de persuasión, logré convencer a Vanessa para que me ayudara con mi plan.En un principio se rehusó e incluso quiso llamar a Sophia para decirle que estaba allí pero pude detenerla y finalmente aceptó.
Esa misma tarde destruí mi teléfono y adquirí otro. Sophia no podía encontrarme.