miércoles, 28 de diciembre de 2011

Cap 24 (2da parte)

-¿Y ahora qué piensas hacer?-inquirió Marshall, mientra me observaba caminar por toda la habitación, llena de desesperación.
Lo cierto era que no sabía como decirle a Lucas lo que había hecho.
-No lo sé, supongo que ya no importa, a estas alturas ya lo debe haber oído.
-¿Y piensas que va a adivinar lo que se supone que sigue? Ni tú sabes qué sigue.
El teléfono sobre la mesa anunció una nueva llamada e inmediatamente los nervios se me pusieron de punta.
-Me llegó la hora-murmuré
-Iré a...-Marshall comenzó a buscar una escusa para abandonar la habitación-Dejaré que hables a solas.
Dio media vuelta y salió del lugar.
-Genial-bufé.-Diga.
-Explícame qué sucedió en la entrevista. ¿Qué diablos tengo ver yo?-exigió Lucas del otro lado de la línea.
-Bueno yo...pensé que...debía darte una oportunidad.
-¿Una oportunidad? ¿Qué es eso un milagro de Navidad?-se burló-Y si fuera así ¿A qué se debe que luego de tanto tiempo lo hallas decidido?
Era cierto. Lucas tenía más de cuatro años intentando que "le diera la oportunidad" y era un poco repentino que sucediera en ese momento.
-No lo sé, después de todo este tiempo quizá sea momento de que suceda. ¿No estás feliz?¿Por qué no estás feliz?
-No acabo de creerlo
-Vamos a cenar, yo invito.
-Paso por ti en la noche.
-Bien. Adios.

Llamaron a la puerta. Corrí a atender mientras me ponía el último arete.
-Buenas noches, Lucas.
-Buenas noches.-respondió con una sonrisa de oreja a oreja-Me tomé el atrevimiento de traerle un ramo de rosas a la hermosa señorita.-anunció mientras ingresaba detrás mio.
Me di vuelta para verlo, él mostró las flores, hermosas.
-Quisiera decirte que te ves más hermosa que nunca pero...es que siempre te ves preciosa.
Sentí como el rubor subía por mis mejillas a una velocidad impresionante.
Caminé hasta él para tomar las rosas.
-Gracias-le di un beso en la mejilla.Tomé las rosas y fui a la cocina para ponerlas en agua.

-¿Mesa para dos? Por aquí por favor.
Caminamos detrás del mozo y antes de que pudiera dar muchos pasos lejos de él, Lucas me tomó de la mano y me puso cerca suyo.
-Y...¿vas a explicarme finalmente a qué se debe esto de la "oportunidad"?-me preguntó una vez que el  camarero nos dejó a solas.-¿Es que finalmente decidiste era tiempo de un nosotros o no supiste qué hacer para salir del callejón en el que te puso esa reportera?
Sentí cómo el corazón se me disparó,¿cómo mentirle a la cara?
-Bueno, la verdad es que...no supe qué decir y pensé en ti. Decidí que quizá era momento de un "nosotros".Sé que es terrible lo que te estoy haciendo pero, quién sabe, quizá al tomar este compromiso las cosas sean más fáciles y, con lo dulce que eres, termine por enamorarme de verdad.
-En otras palabras, jugarás al conejillo de indias conmigo.
-No-respondí con rapidez.
-¿Ah no? ¿Entonces qué....solamente "probarás" lo que ser mi enamorada se siente? Lo siento Sophia, no pienso prestarme para tu jueguito.-dijo con seriedad.
-Esto es lo que siempre has querido ¿no es así?
-No, lo que siempre quise es que me amaras de verdad no jugar a tomarnos de las manos a ver qué sucede y en cuantas portadas saldrás.-se recostó sobre la mesa, acercándose para que no nos escucharan y en susurro dijo-Una vez más piensas que soy un títere. El hecho de que esté enamorado de ti y que te halla prometido que nunca me iría no quiere decir que puedes usarme a tu antojo.
Sentí un pequeño escalofrío que me recorrió el cuerpo. Lucas tenía razón, era egoísta y estúpida.
-Lo siento-tomé su mano-¿por qué no fingimos que nunca pasó esto?
-No lo toleraré una sola vez más.-advirtió.
Sólo pude asentir.


-No, no quiero Muselina, quiero Seda. Y confirma mi asistencia a la fiesta de Valentino.-colgué el telefono y volví a recostarme en la cama.
-¿Piensas quedarte ahí para siempre? Es más de medio día, Sophia, arriba-exigió Lucas abriendo las cortinas de la habitación.
-No quiero. No me siento bien-protesté.
-¿Estás enferma? En ese caso llamemos a un médico.-se sentó a los pies de la cama.
-No,no es eso. No estoy enferma.
Lucas hizo silencio y cayó en cuenta de lo que estaba pasando.
-Es un día malo ¿eh? Como aquel de hace 2 meses. Lo recordaste. La última vez el doctor dijo que si volvías a caer en depresión tendíamos que internarte.
Era cierto, hacía dos meses había caído en una fuerte depresión. ¿la causa? Nicholas Fletcher.
-Es que...
-Es que nada Sophia. Ya ha pasado mucho tiempo, él y Stephanie son felices. Es tiempo de que te olvides de él de una buena vez.
Una lágrima rodó por mi mejilla. Él era feliz.
-Te propuse que fuésemos pareja y te opusiste-le recordé.
-No se trata de que acepte o no, Sophia. No puedo prestarme para un juego como ese. Si quieres que seamos pareja primero debes olvidar a la sabandija.
-¡No hables así de él!-le reclamé a todo pulmón.
Lucas me miró espantado.
-Sophia, por favor-instó-Olvídalo, él ya te olvidó. Comenzó otra vez. No quiero ser tan duro contigo pero es necesario. Sophia, él no te ama. Es sólo un fantasma de tu pasado que debes dejar ir.-secó mis lágrimas con su pulgar, tomó mi mano y la puso sobre su rostro.-Sophy, cariño. Reacciona. Nicholas, no va a volver. En cambio, aquí estoy yo. Te prometí que no me iría. Y tengo previsto amarte el resto de mi existencia. Deja a Nicholas ir. Te lo pido....no,no, te lo ruego. Quédate conmigo.
Por un momento pensé que me iba a secar de tanto llorar.
-Te amo Sophia. Te amo como nunca pensé amar a nadie pero, necesito que olvides a Nicholas. Esto acabará matándote.
-Eso ya no importa. Si tengo que morir de angustia lo haré.
-¡No seas tonta! ¡No repitas eso jamás!
-¿¡Es que no lo entiendes Lucas!? ¡No importa cuanto tiempo pase, no importa cuanto hagas o intentes para que lo olvide, nunca lo haré!¡Porque a quien amo es a él!
Mi, hasta aquel momento, amigo, me observó con el dolor dibujado en el rostro. Sin poder al menos creerlo lo que acaba de decirle. Se secó las lágrimas, dio media vuelta y salió azotando la puerta.
Luego de eso no lo volví a ver.

sábado, 24 de diciembre de 2011

Cap 24 (1era parte)

Cuatro años después...

Nicholas:
Los años pasaron con rapidez, pero, ni el más grande de los eventos, o sucesos, a lo largo de mi carrera pudieron elevar mi fama o hacer que mis discos se vendieran más, y muchos menos borrar a Sophia de mi memoria. El recuerdo de aquella muchacha inocente, aquella hermosa sonrisa y esos celestes ojos, se inmiscuían en mis sueños cada noche, asiéndome recordar lo miserable que la había hecho. No había día en que no me culpara y me sintiera como basura por aquello que  había ocasionado.
Y algo que no ayudaba era el hecho de tener a Stephanie a mi lado, quiero decir, ¿quién en su sano juicio podía soportar a la ruidosa Stephanie Guilmore? Bueno pero qué podía decir yo. Cuatro años "saliendo" con ella. Con frecuencia estallaba en carcajadas, al escuchar el comentario de los reporteros quienes le otorgaron  a Stephanie, alguna vez, el título de la modelo más bella y reconocida de todas, es decir, era bella sí, pero no como Sophia. Después de todo, el titulillo no le había durado mucho, pronto llegó alguien a ganarle el puesto, y bien merecido se lo tenía. Sophia había alcanzado la fama mucho más rápido que Guilmore y sin necesidad de usar a otros para lograrlo, como Stephanie. Así es, lo nuestro no era más que propaganda.....Ah, lo olvidaba, mi carrera iba en picada, desde lo de Sophia, mi estado de ánimo no era suficientemente fuerte como para subirme a un escenario y hacer que el público sintiera la emoción. Se podría decir que, no era el mismo sin Sophia. Pero ella...no quería saber nada de mi.

Sophia:

-¡Al aire!-anunció el hombre a cargo y de inmediato la entrevistadora comenzó a parlotear, presentó las noticias del día y que me encontraba en el estudio.
-Modelo número 1 según las mejores revistas, una línea de ropa respaldada por las mejores casas diseñadoras, eres imagen y musa de la inspiración para los diseñadores más reconocidos...¿cómo se logra eso? ¿qué sientes cuando lo escuchas?
-Con mucho esfuerzo y sacrificio. Pero al final una se siente orgullosa y muy feliz al escuchar todo esto que dices y más aún porque soy consiente de que es algo que he logrado en medida de mi esfuerzo.
-¿Es cierto que tú y Stephanie Guilmore no se llevan bien?-preguntó la reportera con cizaña disimulada.
-A Stephanie no la conozco, la he visto en un par de pasarelas que hemos compartido pero, no he tenido la oportunidad de tener una conversación larga con ella. Creo que el hecho de que la prensa especule sobre esto, se debe a que, ella tenía el primer lugar y de pronto las cosas cambiaron y fui yo quien tomó el puesto de la "número 1" como dijiste al inicio y además de eso, el hecho de que en un principio se dijo que Nicholas me había "cambiado" por Stephanie-respondí haciendo las comillas con los dedos y sintiendo como un nudo se me formaba en la garganta al pronunciar esas palabras-pero personalmente no podría decirte de ella más de lo que cualquier otro podría.
-Bueno, ahora que mencionas a Nicholas....-y comenzó la representación de la "Santa Inquisición"-Luego de tu rompimiento con él, hace ya  más de cuatro años, no hemos oído hablar de ningún galán.¿qué pasó....te quedaste decepcionada de los hombres o algo así?-soltó una pequeña risita.
Respira.No caigas....¿qué puedes decir?..¡No te pongas nerviosa!....Lucas. ¡No, no metas a él en esto!
-No, claro que no-respondí con una risa nerviosa-He dedicado este tiempo a mi, a mi carrera....
-Pero tu carrera ya está mejor plantada que un árbol....¿no crees que es tiempo para pensar en el corazón?-me interrumpió.
No va a parar hasta verte hundida.
Eché un vistazo disimulado hacia Marshall, mi manager. Sin saber qué hacer. Me dirigió una mirada que intentaba tranquilizarme pero que finalmente no lo logró.
-Sí, bueno la verdad es que hay alguien pero no me gustaría dar detalles antes de que realmente esté segura.-había metido la pata, pero bien metida, hasta el fondo.
-Creo que sé quien es....
Tragué saliva y miré a la entrevistadora con la pregunta dibujada en el rostro y los nervios a flor de piel.
-Aquel muchacho amigo tuyo. El que siempre te acompaña.
-¿Lucas?
-Sí
No podía hablar. Era como si el ratón me hubiese comido la lengua.
Lucas....¿qué tan egoísta sería?
Me reí y me mordí el labio.
-Puede ser...
-Tomaremos eso como un sí.-se burló-bueno y el tiempo se nos agotó. Eso es todo por hoy. Muchas gracias por haber estado con nosotros Sophia. Y con ustedes será hasta la próxima. Buenas noches.-cerraba así el programa del día.
Las luces se apagaron y la mujer se puso de pies para despedirse de mi pero yo seguía en mi asiento paralizada sin poder creer lo que había hecho. ¿Qué más lejos podía llegar? ¿Cuál era el siguiente paso, comer el corazón de Lucas? A ese paso, al menos le ahorraría el dolor de sufrir mis estupideces.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Cap 23

Aquella noche no pude dormir, no pegué el ojo ni un segundo, la angustia me mataba. Había llamado a Lucas tantas veces y había dejado tantos mensajes de voz que su bandeja estaba llena y ya no podía dejar ni uno más. ¿y si algo le había pasado? No paré de dar vueltas, contemplando las posibilidades de aquello que le podía haber pasado, todas las desgracias imaginables las pensé en una noche. Cada vez se hacía más tarde y él no aparecía. A sus padres les había dicho que ya había subido a su dormitorio y que estaba muy cansado, que no quería que lo molestaran. Gracias a Dios eran de los padres que respetan la decisiones y opiniones de sus hijos de manera que fueron a dormir con tranquilidad, mientras que yo sufría mi propio y privado calvario.
Unos pasos en el pasillo me pusieron sobre aviso. Caminé hacia la puerta y la abrí.
-Lucas-susurré desde el umbral de la habitación.
-Estoy cansado-respondió sin verme, casi llegando a la puerta de su dormitorio.
Caminé sin hacer mucha bulla pero con rapidez y lo tomé del  brazo arrastrándolo detrás de mi hasta el interior de mi habitación. Cerré la puerta y me giré para observando, esperando al menos que se disculpara pero se quedó en silencio con los brazos cruzados como quien espera que algo acabe con rapidez.
-No vas a decir nada....
-¿Hay algo que decir?
-Sí, como por ejemplo explicar dónde diablos te metiste, o por qué no contestaste mis llamadas. Tienes idea de como ha sido la noche para mi.-comencé a reclamar con un grito sofocado que sonó como un ronroneo furioso- Le mentí al resto para que no se alteraran y finalmente me quedé sola  con la angustia. Pensé todas y cada una de las posibilidades de aquello que te podía haber pasado...yo incluso pensé que podrías haber muerto y...-la voz me falló y sentí como una lágrima corría por mi mejilla.
Lucas pareció flaquear en su ruda posición y soltó los brazos a los lados, dejando escapar un pesado suspiro.
-Lo siento-se acercó y limpió la lágrima con su pulgar.-No quise hacerte llorar.
-Como sea...el tema es que al fin llegaste.
-Fui al pueblo, necesitaba pensar y estar a solas por un tiempo y por eso no te contesté pero no pensé en que te ibas a preocupar tanto aunque supongo que es lo más obvio. Pero aún podemos sacar algo bueno de esto...-lo miré intentando obtener una respuesta a aquella frase-por fin y creo que por primera vez, me entendiste de verdad, eso que sentiste hoy, esa terrible angustia, la he sentido yo también y la siento todos los días, al percibir lo incierto de tu futuro que de alguna manera es el mio.
No respondí y miré al piso. Él tomó mi rostro con más firmeza entre sus manos y lo acercó al suyo pero me hice a un lado con rapidez.
-Lucas...sobre lo de hoy, creo que no....
-Ya lo sé-había llegado al punto más rápido que yo.-Lo suponía, los sentimientos no cambian de un día para otro ¿verdad? Buenas noches.-dicho esto se hizo a un lado y salió de la habitación.

La mañana siguiente de que regresé a casa Marshall me citó en su oficina para tener una conversación corta y precisa sobre el negocio y luego empezar con el "entrenamiento". Me dijo y explicó que él pondría todo de su parte y que le empresa invertiría mucho dinero en mi pues confiaba en el futuro que yo parecía tener como modelo y que a cambio él sólo me pedía que no lo defraudara, siguiera sus reglas y ordenes al pie de la letra y que nada saldría mal, que no me descuidara y que él se ocuparía de que las cosas salieran tan bien como se podía. También dijo que aquello del modelaje era cosa de saber con quienes frecuentar, de buena presencia, buenas fotos y de saber cuidar el cuerpo y la salud "No queremos famosos enfermos ¿cierto?" había dicho. Me presentó a una amble señorita de apellido Bernardini, la cual me habló sobre la buena y saludable nutrición que debía tener me dio una lista de lo cual podía comer y lo que no, nada nuevo, ya había pasado por aquello al ingresar en la escuela de baile; luego conocí a otra mujer, quien me llevó a un salón donde había una pasarela, me hizo subir y caminar con los tacones más altos que jamás había usado, una y otra vez, mientras me da instrucciones de cómo mover los brazos y hacer que mis pasos y giros fueran de acuerdo con la música que sonaba en el fondo.
Estaba exhausta pero no me dejaron descansar pues un joven me acompañó hasta otro salón donde me dejó con un grupo entre hombres y mujeres comandados por un hombre de extraños comportamiento, quien luego de escuchar unas rápidas advertencias y recomendaciones de parte de Marshall prosiguió, trabajando sobre mi rostro, cabello, manos, pies, etc...
Cuando me miré al espejo no fue fácil reconocerme, jamás había visto mi piel con un aspecto tan lozano y perfecto, mis ojos se veían más grandes aún y mi rostro tenía perfiles muy marcados, extraordinario. Mi cabello tenía un brillo más intenso y un volumen que respaldaba el marco interesante de mi rostro. Me veía justo como aquellas bellas muchachas de rostro interesante que había visto la tarde en que llegué a la agencia para ayudar a Roger Ackroyd.
Más tarde fui llevabada con un camarógrafo quien, antes que nada, buscó el mejor ángulo de mi rostro y luego el de mi cuerpo y rostro en conjunto, para luego, enseñarme cómo usar mis gestos, hasta los más extraños, para verme como de revista. Me dio muchas instrucciones,igual que el resto de personas que había visto a lo largo del día, sobre cómo poner la mano, los labios, la cabeza,etc...
Finalmente terminé exhausta.

Dormí lo que quedó del día y la mañana siguiente. Para cuando desperté era ya medio día. Mi mamá me pidió que la acompañara al centro comercial para hacer las compras de navidad, no tenía nada más que hacer así que decidí acompañarla, al menos así pasaría un poco de tiempo con mi madre.
Luego de mucho comprar fuimos a una cafetería. Hicimos nuestros pedidos y luego fui a comprar un periódico para mi madre.
-Tu padre se llevó hoy el periódico a la oficina y no pude ni leer una sola línea-comentó mientras recibía el montón de papel impreso.-Quieres la sección de espectáculos?-ofreció alcanzándome el artículo, mientras me sentaba.
Lo tomé y comencé a leer las noticias mientras comía mi ensalada distraídamente. De pronto sentí el pedazo de fresa, que me había metido en la boca segundos antes, atravesado en la garganta. Tosí con fuerza hasta que me sentí mejor y pude respirar.
-¿Estás bien?-preguntó mi madre con desesperación mientras me alcanzaba un baso con agua.
-Sí, sí, gracias. Estoy bien.
Pero no lo estaba.
Yo apenas lograba respirar sin pensar en él y resulta que Nicholas ya tenía una nueva pareja. Y además lo gritaba a los mil vientos.
Pero bueno, qué podía esperar de alguien que no sentía ni había sentido nada por mi jamás.




martes, 8 de noviembre de 2011

Cap 22

-Espera aquí un instante, compraré las herramientas del abuelo, ya regreso.
-Claro
Aproveché que Lucas se marchó para revisar un puesto de  revistas cercano. Pero un tumulto de gente, muchachas en su mayoría, que corría calle abajo, gritando, llamó mi atención. Las muchachas gritaban cosas que obviamente no entendía, mi italiano no era muy bueno, pero no sonaba como si tubiesen miedo sino más bien, como si estubieran emocionadas. Poco a poco el mar de gente fue avansando hacia donde estaba. Me hice a un lado para dejarlos pasar y al fin se detuvieron frente a una tienda que estaba al otro lado de la calle, un poco más adelante pero, luego de unos minutos, nuevamente, se movilizaron . Giré para prestar mayor atención a lo que pasaba y allí fue cuando lo vi.
-Ay no...-susurré al verlo avanzar hacia mí con seguridad y rapidez, abriendose paso entre la gente.
-¡Sophia!-me llamó, pero ya era muy tarde. Había corrido en sentido opuesto.
Mientras huía recordé aquella divagación que había tenido frente a la oficina de mi madre mientras la esperaba. Cuando pensaba qué pasaría si Nicholas aparecía y me di cuenta de que hbaía estado equivocada pues no sería él quien me evitara sino yo quien lo evitara a él.
-¿A dónde vas?-me detuvo
-Lucas-sollosé con la cabeza gacha.
-¿Dónde estabas? Salí a buscarte y no te encontré.
Sin poder ver me había chocado con mi amigo y ahora él me tenía sujetada suavemente de los brazos.
Puso un dedo en mi barbilla y lenvató mi cabeza para verme la cara.
-¿Por qué lloras?-inquirió un tanto consternado, mientras me abrazaba con fuerza y acarisiaba mi cabello.
Iba a decirle que había visto a Nicholas cuando recapasité y pensé en su reacción de manera que le mentí.
-Nada, yo me asusté un poco eso es todo.-respondí secando mis lágrimas.
-¿Con qué?-frunsió el seño
-Había un pelea y alguien salió mal herido...hubo sangre...eso fue todo. Me asusté con la sangre-titubié-Pero ya estoy bien.
-Bueno...tranquila¿si? ya pasó....¿quieres tomar o comer algo? yo invito.
-Un helado
-Un helado será-sonrió y pasó un brazo por mis hombros.

-Te gané-festejó.
-No es justo...-sonreí.-¿Y ya pensaste en la universidad?-cambié de tema.
-¿No te conte? Me aceptaron en la de Monaco, llamaron hoy de casa para decirme que había rescibido el sobre.
-¿En serio? ¡Wow! qué bueno. Lucas....felicitaciones.Es...grandioso.-apenas y podía hablar
-Sí-sonrió-Mis padres aún no lo saben, espero contárselo en la cena de hoy. La abuela cocinará algo especial para celebrar.
-Parece que últimamente, las cosas andan mejores. Contratos y acepataciones universitarias.
-Así es.
- Creo que te debo un abrazo.
-Bien dicho.
-Ven aquí-extendí los brazos cuidando de manchar su cabello con helado y lo abrasé con fuerza y emoción.
Pero, esta vez algo nos detuvo y no pudimos volver a nuestras posisiones.
Me quedé mirandolo a los ojos y todo al rededor quedó en silencio; por primera vez me di cuenta de lo hermoso de los ojos de Lucas, durante ese segundo, que pareció el más largo de todos, lo observé con cuidado e incluso llegué a preguntarme si es que acaso alguien tan hermoso podía ser humanao del todo.
Poco a poco mi corazón de aceleró más y más mientras nuestros rostros perdían distancia y aunque por dentro algo me gritaba que reaccionara y que no permitiera que eso sucedía, mi cuerpo no reaccionaba. Lucas extendió una mano y tomó mi mandibula terminando con la distancia que nos separaba. En menos de lo que pensé, ahí estabamos, besandonos.
Descubrí algo distinto en aquello, lo primero fue que, besar a Lucas no era como besar a cualquier otro porque él era más especial que ninguno pero, muy a parte de eso, percibí tantos sentimientos en un sólo  beso: gloria, amor, emoción, alegría y...dolor,sufrimiento...Y pues era más que obvio. Estaba besando a la chica de sus sueños, aquella a la que quería y protegía tanto pero que a la vez era aquella que no lo amaba como él deseaba, algo de lo que Lucas era consiente, además de él hecho de que posiblemente mis sentimientos no habían cambiado y que seguía sin amarle.
Nos separamos un poco y él sonrió contra mi rostro.
Por dentro algo quemó mi corazón, era consiente de que le hacía daño aunque él no se diese cuenta por el momento.
Tenía que escapar antes de que él viera como las lágrimas hicieran su aparición y de que mi amigo comenzara a preguntar por qué lloraba. No tendría palabras para responder así que debía huir.
Acerqué mi helado a su rostro y lo manché.
-A que no me alcanzas-lo reté con tanta alegría como pude.
Me puse de pie y eché a correr.
Corrí tan rápido como mis piernas y las lágrimas que empañaban mi vista me lo permitieron. No  ´podía creer  lo mala persona que había sido al permitir que algo así pasara. Ahora Lucas creía que yo sentía lo mismo que él por mi y no tenía el valor para decirle que no.
Giré para ver qué tan lejos estaba pero no lo vi y cuando volví la cabeza hacia delante, lo vi otra vez. Me atrapó y me abrazó sin hacer caso a los gritos que pegaba para que me soltara.
-Sophia...por favor escuchame-me tomó por los brazos con fuerza mientras yo agitaba mis manos contra su pecho .
-Nicholas...sueltame-exigí con voz ronca.
-No hasta que me escuches-respondió con seguridad -Mal interpretaste las cosas...
-Las cosas me quedaron muy claras-referí deteniendo mis movimientos.-Ahora, sueltame-le exigí una vez, en un siseo.
La gente empezaba a notar nuestra presencia y los murmullos se dejaban oir, lo cual empeoró durante los segundo siguientes.
-¡sueltala!-bramó Lucas para luego tirarlo al piso de un puñete en el rostro.
Quedé plasmada en mi sitio con las manos sobre la boca ocultando mi expresion.
Mi amigo se acercó a mi y me preguntó si estaba bien pero no tuve oportunidad de responderle pues para cuando iba a hablar Lucas ya había recibido un golpe de lleno en el pomulo izquierdo de parte de Nicholas.
-¡Basta!-bramé, cuando vi que mi amigo se disponía a responder.
-Paren de hacer el ridículo, no resuelven nada peleando-continué
Me acerqué a Nicholas y le susurré con molestia y voz ronca.
-Por primera vez, no hagas más daño al resto. Olvida esto y deja las cosas como están. Madura.
-Sophia, es mejor que nos vallamos-me llamó Lucas mientras tiraba de mi mano.
Me dejé arrastrar por mi compañero hasta el auto cuando tomé consiencia absoluta de lo sucedido. Lucas tenía el pómulo hinchado pero parecía no dolerle.
Hicimos el camino de regreso a la casa en silencio y una vez que llegamos mi amigo fue directo a su habitación. Yo fui a la cocina y saqué un poco de hielo y lo puse en una toalla.
-¿Sucede algo?-preguntó mi madre
-No, claro que no-respondí con una sonrisa y salí del lugar con rapidez. Fui escaleras arriba y llamé a la puerta de Lucas pero no esperé a que respondiera.
-Pensé que podrías necesitar un poco de hielo.
Me aproximé y me senté a su lado.
-Gracias
-No, gracias a ti, si no hubieras llegado no sé qué hubiera pasado, una vez más me salvaste.
Lucas no respondió.Tomó los hielos y los puso sobre su pómulo haciendo una mueca de dolor.
-¿Duele mucho?
-Va a estar bien
-Bueno,pero lo que no va a estar bien va a ser la cena.
-¿La cena?
-Es más que seguro que lo de la pelea saldrá en las noticias de hoy, las cuales mi hermana verá y cuando mis padres se enteren esto será un campo de batalla.
-Por lo que vi, no había ningún camarógrafo.
-Pero sí muchos testigos-repliqué con angustia.
-Sin imágenes no hay pruebas. Relájate, todo va a estar bien-repitió tomando mi mano y sosteniéndola con suavidad.
-Déjame ayudarte con eso-tomé los hielos y los puse sobre su pómulo, el cual tenía mejor aspecto.
-Sophia, sobre lo de hoy...ya sabes, lo del beso....quería.
Me puse tan nerviosa que aplasté la toalla contra su cara haciendo quejarse del dolor.
-Lo siento-me disculpé ante mi torpeza.
Gracias a Dios, su abuela me pidió que la ayudase a poner la mesa para la cena así que no tuvo más oportunidad de tocar el tema.
Retiré los hielos, se los entregué y salí de la habitación.

Durante la cena pasaron muchas cosas, la primera fue que, obviamente la familia notó la hinchazón en la cara de Lucas pero, él supo sortearlo y dijo que habían intentado asaltarnos pero que no se había llevado nada. Felizmente parecieron creerlo.Depués llegó la noticia de que mi amigo había sido admitido en la universidad y el festejo de la misma mas, luego,tristemente, escuchamos el comentario de mi hermana sobre el incidente de la tarde con Nicholas.
-Parece que no han identificado a la muchacha ni al chico pero al parecer Nicholas los conocía.
-Cada día la gente se vuelve más agresiva-comentó la abuela de Lucas.
-¿Qué razón tendrían para agredir a un joven tan encantador?-le secundó su esposo.
-Pero hay que ver que la prensa suele inventar muchas cosas, en especial sobre ese jovencito, ya ven lo que dijeron sobre la ruptura entre él y Sophia-agregó mi padrastro.
-Cómo no-respondió mi amigo tan bajo que sólo yo, que estaba sentada a su lado, pude escucharlo.
-¿Decías algo?-preguntó su padre al darse cuenta de que su hijo había murmurado algo que él no había alcanzado a escuchar.
-No, nada-tomó su servilleta, se limpió la boca y la puso sobre la mesa-disculpen-se puso de pie y se marchó.
Todos nos miramos los unos a los otros sin poder comprender su reacción.
-Con permiso-me puse de pie y salí detrás suyo.
 Lucas caminaba con rapidez, pateando las cosas en su camino.
-Lucas-lo llamé-¿Qué sucede?
Él se dio vuelta y caminó hacia mi.
-¿Hasta cuando las cosas van a ser así?¿Cuándo el mundo va a dejar de girar a su al rededor y la gente se va a dar cuenta del vicho que es?-cuestionó casi a gritos, agitando las manos en el aire con fuerza.
-Estoy harta de que todos crean que es un santo y que no mata ni una mosca.
-No le des tanta importancia, allá adentro tu padre estuvo a punto de venir.
-¡Ojalá viniese, así al menos alguien más sabría la verdad sobre él!
Caminó con rapidez una vez más internandose en la oscuridad del campo.
-¡Lucas!-lo  llamé pero pareció no oirme-¡Es peligroso!

viernes, 14 de octubre de 2011

Cap...21

Aunque aquel hombre había prometido que aquello del modelaje y la propuesta de contrato no tenía que ver nada con mi pasado con Nicholas, aún sentía cierta insertudumbre y desconfianza. Aparate de eso no sabía como iba a decirselo a mamá, es decir, no había firmado ninguna clase de contrato pero aun así debía contarle, era importante.
-¿Es eso lo que quieres...en verdad?-me preguntó con seriedad.
-Eso creo.-respondí tan segura como pude.
-Déjame pensarlo ¿si?-se puso de pie y luego de despedirse, se marchó con su botella de café en la mano.
Giré para verla marchar.
Quizá ella no aceptaría, quizá le parecería muy tonto o posiblemente muy arriesgado, ¿quién sabía? después de todo, mi madre era muy impredecible.
- Demuéstrale que puedes estar a su nivel-susurró una voz en mi interior.
-¿A quién?
-A él
-¿A Nicholas?
-Si te dejó, fue porque no eras suficiente para él ¿no es así?
-¿Te llevo a la escuela?-interrumpió Lucas.
Me costó un poco concentrarme en poder reponderle.
-Sí,claro.

No sabía si decirselo, no quería que me creyera loca.
-Cobarde
-No lo soy-respondí en voz alta.
-¿Dijiste algo?-preguntó Lucas, tan sorprendido como se podía estar
-No-respondí con rapidez, e igualmente agregué-Pero quizá tenga algo que decir
-Adelante
-Creo que voy a aceptar la propuesta de Marshall.
-¿De qué hablas? Creí que sabías que era una locura.
-Puede que no lo sea-arremetí -Sólo piénsalo por un momento.
Respiré profundo y continué.
-Nicholas me dejó porque piensa que no soy lo suficiente para él...
-Creo que ya habiamos discutido ésto. Y, ya veo a dónde vas, y si me preguntas, me parece una locura...
-Quizá no deba preguntar.
-Sophia, no todo es como parece.¿ Acaso crees que eso de ser modelo es tan lindo como parece? No todo lo que brilla es oro. Imagina la vida de esas jovenes.  No duermen, apenas y comen, se enferman...está el alcohol, las drogas, fiestas....¿quieres que siga?
-No tiene porque pasarme a mi...
-Le pasa a casi todas.
-Creo que soy lo suficiente fuerte como para que no me pase.
-En arca abierta hasta el justo peca.
-Parece que alguien desayunó refranes hoy.
-Sólo trato de ayudar-respondió con rudeza, poniendo el freno de mano y soteniendo mi mirada.
-No quiero llegar tarde a clase.

Sabía que no podía evitarlo para siempre mas, al menos intentarlo no sería mal.Pero sucedió que para ese entonces las cosas no me salían muy bien de manera que una vez más había fallado.
-Sólo quiero protegerte-comenzó, apoyandose hacia delante en la mesa.
-Lo sé pero, suena a que no crees que soy lo suficientemente inteligente como para no ser como el resto de modelos.
-No es que no confíe en ti ,no confío en ellos.
-Entiendo pero, ya tomé una decisión y no me voy a hechar para atrás.
-Creo nunca haber conocido a alguien tan obstinado como tú-.reclamó exasperado recostándose en la silla.
Lucas se quedó en silencio por un instante, luego exhaló y dijo.
-Está bien, te apoyo...-sonreí, a lo cual dijo,con rapidez-lo cual no significa que esté de acuerdo.
-Con eso basta-respondí aún sonriente.-Nos vemos luego-me despedí con un beso en su mejilla.


-Y la última firma...aquí-señaló una línea punteada en el papel.
Con mucha emocion observé como se cerraba el contrato de mi vida, el que iba a ayudarme a demostrarle a Nicholas todo aquello que el había creido que yo no tenía. Y que, dicho sea de paso, había sido revisado por los abogamos de mi madre, de mi padre y por él en persona. Desde ese momento en adelante pondría todo de mi para llegar hasta donde me había propuesto.
-Bueno, entonces ¿qué les parece si las llamo mañana para coordinar el día de la seción de fotos?
-Muy bien, estaremos en contacto-respondió mi madre- Adios.
-Buenas tardes.


-¿Y qué se siente...tener un contrato?-preguntó mi amigo mientras jugaba con mi cabello.
-Como si mis plegarias hubieran sido escuchadas.
-¿Plegarias?
-Para poder demostrarle a Nicholas....-me detuve. Sabía que había metido la pata, hasta el fondo.
Lucas respiró sonoramente y se frotó la barbilla.
-Lo siento
-¿El decirlo o el pensarlo?-me miró directo a los ojos.
No pude responder.
-¿Tenemos que hablar de esto otra vez? porque parece que no lo entendiste aún.¿Vas a seguir con esto?-continuó-¿Vas a continuar arrastrando a todos contigo en esta loca idea tuya? Hacerlo por él te ata más a Nicholas, ¿no lo notas?
-Si mi ata o no, ese es mi problema.
-No, SOphia, es tuyo y de todos. No puedes ir por ahí arrastrando a todos contigo; ¡a mi, Sophia!. Porque, seamos realistas,¿si?. Sabes lo que siento por tí, y cuán grande es eso, que no importa lo que hagas o por qué lo hagas, porque siempre te voy a apoyar y que si alguien te daña ahí voy a estar para ayudarte. Creeme que me gustaría que no sea así pero no puedo.-se puso de pie y continuó-para que eso pase tendría que caerse el mundo o conocer a alguien mágico.
-Pues anda, ve, sal y conoce personas. Nadie te ata.
-Sí, tu me atas Sophia. No se trata de que salga o no, se trata de tu egoismo. Me manejas a tu antojo, como tu titere, me haces daña aunque no lo notes pero no import porque posiblemente no me importe pero algún día me voy  a aburrir y ese día te quedrás sola. Esto no te llevará a nada bueno, vas a acabar mal y quizá yo ya no esté ahí para ese momento.
Lucas respiraba con rapidez y en su voz se percibía el dolor de la realidad por la que pasaba, por la que pasabamos.
-Sophia,-continuó-olvidate de él y de esa tonta idea tuya de la demostración de habilidades. Vuelve a ser la misma de antes, la Sophia que amo, y de la que me enamoré.
-Lucas, no tienes ides de....-quise objetar pero no me dejó.
-¿De lo que es para tí?....no, tienes razón. Sólo sé que esto está acabando contigo y que pronto ya no te reconoceré.
-Me da la impresión de que ya tubimos esta conversación.
-Y la tendremos hasta que lo comprendas.
Lucas suspiró con profundidad.
-Paso mañana a recogerlos a las ocho, espero que no hallas olvidado el viaje al viñedo.
Me miró juicioso, estuvo a punto de decir algo pero se calló. Tomó su chaqueta de golpe y se alejó hasta su auto.

Esperba poder sentarme con mi "adorable" hermana, en el tren, pero una vez más las cosas no salieron como yo quería y mi hermana me dejó sóla, así que tuve que sentarme junto a Lucas. Ciertamente no quería estar con él luego de lo que había pasado el día anterior. Mas esperaba que aquel viaje fuese lo que me ayudase a resolver los problemas.
durante todo el viaje Lucas se mantuvo en silencio sepulcral y una vez que llegamos al viñedo de sus abuelos sólo me habló para enseñarme mi habitación y luego se marchó. Dejé mis cosas en el ropero y después me heché a descansar un rato hasta que, mi amigo, me dijo que bajase a comer.
-Lucas, ¿podemos hablar?- lo llamé asomandome por la puerta.
-Dime-respondió girandose sobre sus talones.
Respiré profundo y le dije que lo sentía.
-Creo que tienes razón, lo haré por mí misma y no por él.
Lucas caminó hacia mi y, sosteniéndome la mirada preguntó-¿Segura?
Miré al piso. No podía mentirle mirándole a los ojos.
-Eso creí-dijo Lucas caminando otra vez de regreso por el pasillo hacia las escaleras.
-No, por favor. Sólo quiero que dejes de estar molesto conmigo.
Se detuvo y sin voltear a mirarme respondió-No lo estoy.

Almorzar con los abuelos de Lucas en aquella mesa, me recordó mi infancia cuando pasábamos el verano en esa casa y llenó mi mente de recuerdos unos felices y otros no tanto.
-¿Te importaría ir al centro por algunos víveres?-le preguntó su abuelo a mi amigo.
-No, claro, no hay problema. Si me das una lista compraré todo lo que se necesite-respondió con una hermosa sonrisa que pareció brillar de amor al anciano.
-Aquí la tienes-le entregó el papel-y las llaves del auto.
Lucas tomó su chaqueta junto con las llaves y la lista y se dirigió a la puerta pero antes de salir dijo- Sophia, ¿no vienes?
Lo observé un tanto sorprendida pero, después recordé que no estaba enojado.

sábado, 13 de agosto de 2011

Cap 20

Cuando mamá me vio se lanzó sobre mi abrazándome con todas sus fuerzas y sumergida en sus lágrimas. Sentí un vacío en el corazón cuando me sostuvo entre sus brazos. Percibí el dolor que mi ausencia le había provocado y la alegría y el consuelo que sentía al tenerme allí.
Me sentía fatal. la había dejado ir por quedarme con alguien que finalmente no había valido ni la mitad de la pena... Si era necesario estaba dispuesta a hacer un pacto y jurarme que haría todo por devolverle el tiempo perdido y lo cerraría con mi sangre si así lo requería.
Dedicaría mi tiempo a mi familiar y a los ensayos para el concurso, que por cierto sería en Venecia. Al menos en algo tenía suerte, no tendría que ir tan lejos para concursar. Había llegado a pensar que quizá de una u otra manera se tendría que separar de Nicholas pero... y ¿qué si el se hubiese ofrecido a acompañarme?, claro, en el caso de que él me hubiera querido a tal punto de realizar aquel viaje a mi lado, dejando su agenda a un lado, rompiendo con el esquema que posiblemente Tedy tenía para el mes pero, después todo lo sucedido, era obvio que hubieramos tenido que separarnos de todos modos pues él era lo suficientemente egoísta para dejárme ir.

De no haber sido por Lucas hubiese estado perdida. Se ofreció a darme clases de italiano, el cual me sirvió para llegar a la nueva academia luego de haberme perdido intentando llegar por mis propios medios.
Lo más vergonzoso fue la presentación que la maestra hizo cuando llegué. Parecía entusiasmada de tenerme allí y la única explicación que le pude dar fue que ella tenía una hija adolescente de manera que sabía quien era yo.
Nicholas...
Respiré profundo y acudí la cabeza intentado deshacerme de aquel pensamiento.
La profesora parecía confundida, como cuando no encuentras algo donde lo dejaste. Decía cosas rápidas y obviamente intendibles. De pronto, la puerta se abrió y la mujer se quedó en silencio. Una vez más dijo algo pero estaba vez hubo respuesta a sus palabras.
-Buon giorno, professoressa, mi scusa, ero in ritardo
-Non ti preoccupare-respondió tomandolo de la mano y estrechandola.
No podía creer qué estaba habciendo él allí. ¿No se suponía que lo había dejado hacía mucho ya? Y si no lo había hecho, ¿por qué no decirmelo? ¿qué tan difícil puede ser contar algo así? no es como confesar haber matado a alguien....
-¿Bailamos?-me tendió la mano.
Estaba molesta, me sentía...como si me lo hubiese ocultado por algo más. Pero quizá aquel no era ni el momento de decírselo ni el lugar. Esperaría, esperaría a que aquello se acabara y justo cuando eso halla pasado se lo diría, se lo preguntaría pero, no le haría saber que le había enfadado aquello. No, se diría con sutileza porque sabía que era estúpido molestarse por algo así.
-Claro-respondí de la mejor manera que pude.

-Pensé que lo habías dejado-lo interrumpí sin más, si lopensaba más jamás lo diría.
-¿Dejado?-se sorprendió- ¿El qué?
-El baile. Creí que ya ..creí que ya no bailabas.
-Oh, eso. Bueno, no...nunca lo...nunca lo dejé-asentí.
Ladeé la cabeza y luego lo miré-¿Por qué no me lo dijiste? Hubiese sido bonito...saberlo, practicar.
Se sobó la frente, hizo un gesto de " no lo sé" y dijo- Supongo...supongo que lo olvidé.
Aparté la vista y miré el mar.
Había algo más....lo había y yo lo sabía pero..¿qué era?
-¿Seguro...seguro de que eso...es todo?
-Sí....-dijo con inseguridad-Quiero decir, sí, claro que sí.
-¿Qué es lo que resulta tan difícil de decir?-le pregunté mirándolo a los ojos.
Respiró profundo y tragó saliva, quiso decir algo pero se calló.
-Sólo dilo.
-Es que...yo...-se mordió el labio-...lo hice por ti.
-¿Por...?
-Creí que si continuaba bailando habría, de alguna manera, cierta conexión entre tu y yo. Pensé que así te mantendría viva en mi mente y te recordaría todos los días de mi vida porque....porque yo tenía miedo de olvidarte ¿sabes? me aterraba la idea de que nunca te volvería a ver y que con el pasar de los años un día me preguntaría si alguna vez te había conocido  o quién era la muchacha del retrato sobre la mesa.-hablaba con forzada tranquilidad- No me lo permitiría. No lo haría, no permitiría que te fueras de mis recuerdos. Cada vez que bailaba me acordaba de ti e incluso llegaba a pensar que con quien bailaba era contigo. Miles de veces quise encontrar la melodía y la coreografía correcta para ti...para mi. Una melodía que sonara a ti, que fuera tu esencia.
-¿Lo conseguiste?-me atreví a preguntar.
-No-respondió negando con la cabeza y riendo un poco.
Se giró y me  miró.
-Eres demasiado para ponerte en una canción.-dijo tomándome de las manos.
Miré el piso.
Ere lindo escucharlo decírmelo pero...aunque él creía con todas su fuerzas en aquello que decía yo sabía que no era así. Era conciente de que yo no era demasiado, de mi simpleza. A mi parecer cualquier canción era suficiente. Además, si es que acaso era como él decía ¿por qué Nicholas se había marchado? ¿por qué no me había querido como esperaba?
-¿Por qué no me lo dijiste?
-Supongo que por verguenza. Además.... no es que hallamos tenido todo el tiempo del mundo para hablar, ya sabes, con él ahí....- se calló
Lo había estropeado y lo sabía.
Me solté la mano y me apollé sobre el muro.
-Lo siento..no debí mencionarlo-susurró
-Traquilo-respondí- Anda, salgamos de aquí-dije, jalandolo de la manga


-Si quieres puedo esperarlos abajo-ofrecí.
-Si....si por favor-apenas me pudo responder.
Era obvio que sobraba allí. Mamá caminaba de un lado para otro ordenando papeles y la oficina era un desastre, además mi presencia no ayudaba mucho.
Resignada al aburrimiento caminé hasta el parque frente al gran edificio y me senté en una de las bancas. Pronto mi imaginación se echó a volar.
¿Qué sucedería si apareciera justo ahora de repente? En ese caso huiría, caminaría con rapidez en otra dirección...o quizá no. Posiblemente el simple hecho de su presencia me clavaría en mi asiento sin oportunidad de hacer nada pero, eso que importaba, de una u otra manera él no se me acercaría, simplemente pasaría a mi lado sin fijarse en mi o peor aún cambiaría de camino y se marcharía por otro lado.
¿Qué haría yo en ese caso? ¿Acaso lloraría al verlo rechazar mi presencia? ¿O no sentiría nada? posiblemente lloraría. Sí, eso pasaría, lloraría sin consuelo al verlo marcharse evitandome. Lloraría por él....
Un destello llamó mi atención. Un brillo que venía de cerca de un árbol.
Me asomé intentando ver qué era aquello que había brillado, practicamente en mi cara.
-¡Sophia!-gritaron a lo lejos. Era mi madre, de manera que me vi forzada a irme.


La verdad era que el concurso no había sido exactamente lo que habiamos esperado. Pues bien, tres dias antes mi pareja llegó desde Liverpool para tener tiempo para ensayar juntos y así no cometer errores el día de la competencia. Y así fue ensayamos muy duro y conseguimos los mejores trajes pero nada de lo que hicimos fue suficiente para ganar. Estuvimos entre los dos últimos pero no ganamos. En un principio creí que sólo yo había notado que la otra pareja no era la mejor, que los otros lo hacían mejor que ellos mas, cuando anunciaron que habían ganado, no sólo nosotros nos mostramos en desacuerdo sino, también el público. No todos aplaudieron e incluso algunos pifiaron pero en fin, lo que importaba era que habíamos  llegado literalmente lejos. Me apenaba por mi pareja porque él sí veía su futuro en aquello del baile pero yo ya no, las cosas eran diferentes para mi. Los planes habían cambiado. iría a la universidad, estudiaría, tendría un título y luego sería una prospera trabajadora. Al menos eso esperaba.

Intenté ocultarme tras la carta para así intentar ver al hombre de la mesa del fondo, que por cierto llevaba buen rato mirandome, "secretamente". Lo primero que pensé fue que era uno de esos enfermos paparazzi que aún buscaban algo de información acerca de lo de Nicholas pero luego creí que lo mejor era averiguarlo.
-Compermiso-me puso de pie-ya regreso.
Caminé en dirección de los servicios higiénicos y al pasar a su lado lo miré rápidamente. No se veía peligroso pero sí un poco misterioso. Tenía ojeras y se veía un tanto desesperado, no pasaba de los 30 años pero, por el momento parecía de 40.
Al salir del baño el hombre me esperaba en la puerta, y no precisamente por casualidad.
-¿Sophia Anderson?-preguntó plantandose frente a mí.
Lo miré por un momento y asentí.
-¡oh! Gracias a Dios, al fin la encuentro. ¿Tiene idea de cuánto llevo intentando encontrarla? Roger Ackroyd, fotografo profesional, buenas noches. Necesito que me ayude, si no lo hace posiblemente me quede sin trabajo y hoy en día no se encuentran empleos a la vuelta de la esquina ¿sabe?
-¿En qué le podría ayudar?
-Verá, hace un par de semanas estaba en el parque del centro sacando algunas fotos, ya sabe pura distracción y de pronto la vi. La luz era maravillosa y pensé que si la tomaba sería como de postal.
-Así que ese fue el destello en el parque...-recordé aquel brillo que había llamado mi atención la tarde frente a la oficina de mamá.
- En fin la tomé y luego la revelé junto con otras que había tomado, algunas para el trabajo y otras mías.-continuó-Pero sucede que, cuando me dirigía a la agencia en mi bicicleta, detesto los autos contaminan mucho-agregó-, me coqué con alguien y aparentemente las fotos, antes separadas por sobres, se combinaron, provocando así que cuando entregué el sobre a mi jefe entregué su foto igual. Cuando Marshall, mi jefe, vio las fotos me mandó llamar para reprenderme por no haber hecho mi trabajo de la manera correcta y me dijo que si no la encontraba a usted, perdería mi trabajo.-concluyó.
-¿Sólo lo despedirá por eso, un sólo error?
-Ah...no, no en realidad. Lo cierto es que soy muy torpe sabe. Me sorprende que aún tenga mi trabajo-comentó con resignación- Me dio una semana, la cual concluye mañana. Si para mañana usted no está en su despachó...
-Perderá su trabajo, lo sé.
La historia de aquel pobre hombre sonaba muy mal la verdad y bueno si cara no mentía.Estaba cansado desesperado y sí, se le veía tan torpe como un burro.
-Aunque quisiera ayudarlo, no podría. ¿Para qué quisiera su jefe que fuese a verlo?
-Aparentemente quiere proponerle que trabaje en la agencia.
-¿Agencia de qué?
-De modelos.

Si iba y le decía a mi madre que un tipo quería que fuese modelo sin antes saberlo con certeza simplemente me mandaría a volar y si iba sola a verlo podría suceder algo, después de todo no era del todo seguro que la historia del tal Roger fuese cierta. De manera que resolví ir con Lucas, si algo pasaba él podría hacer algo, y pues si era cierto lo que el hombre había dicho al menos haría el intento de salvarlo.
-Busco a Roger Ackroyd.
-¿Su nombre?
-Sophia Anderson
-Un momento por favor.
Le di la espalda y miré al rededor. Miles de chicas de piernas largas, brillantes cabelleras y limpios cutis, minaban de un lado para otro, anunciando sus llegadas con el sonido de sus altos tacones. Todas delgadas, bellas y de rostros interesantes.
Lucas parecía poco animado por la situación. ¿Qué diablos le pasaba? Era, a mi juicio, el único hombre al rededor de ellas. Y, por sorprendente que suene, aunque las muchachas sí se giraban par verlo, él sólo desviaba la mirada.
-Señorita Anderson-llamó la joven recepcionista- La esperan en el quinto piso. Por el pasillo a la izquierda, segundo ascensor.
-Muchas gracias-sonreí.

-Muchas gracias, Sophia. Me salvaste el pellejo-saludó Roger tan pronto como me vio.
-Buenos días Roger. Lucas él es el hombre del que te hablé. Señor Ackroyd, este es Lucas Bartolini, un amigo.
-Mucho gusto-dijeron tomándose de las manos.
-Bueno Sophia, por aquí por favor.
Roger nos condujo por un pasillo largo hasta una sala de espera en donde nos dejó para entrar en una de las oficinas.
-Adelante-nos dijo una vez que salió.
Dentro nos esperaba un hombre alto, de cabellos un poco grisaseos y rostro severo.
-Buenos días, tomen asiento.Mi nombre es Marshall Adams, director de la agencia y descubirdor de talentos.-Lucas hizo ungesto levantando las cejas, dejando ver que sonaba grande.-¿Quieren algo de beber.
-Un baso de agua por favor-pedí
-Lamento que se halla visto tan forzada a venir-reanudó depositando el baso de cartón sobre la mesa.-Pero es que cuando vi la foto, sentí algo. Estoy seguro, señorita Anderson, de que usted tiene un buen camino por delante, mucho futuro. Cuando veo un talento lo reconosco. Y sé que si usted acepta lo que le propondré no se arrepentirá.
-¿Y qué es eso que tiene que proponerme?-apunté reclinadome en el comodo asiento.
-Eso, eso es.-sonrió-¿La ve?-preguntó a Lucas.-¿Ve eso?
Lucas se giró en su asiento y con esa mirada con la que me había confesado lo del baile, dijo-Cada día de mi vida.
Lo miré por un segundo y luego volvía a mirar a Marshall.Quien prosiguió sin darse cuenta de lo sucedido.
-¿Ese es el rostro del futuro...? Es esplendida. Venga, póngase de pie.-me tomó de la mano y me llevó frente a un gran espejo detrás de la puerta. Sujetó mi cabello con la mano y dijo con una sonrisa.
-Y no tiene maquillaje.-me observó con cuidado- No comprenda como aquel joven, el cantante, la dejó ir.
Miré el piso.
-Porque es un completo idiota.-respondió Lucas.
De pronto una luz se encendió en mi mente. Eso era, o al menos podría ser. Quizá él me quería allí por mi pasado con Nicholas...
-¿Esto no tendrá que ver nada con él, o si?-me volteé para verlo.

sábado, 23 de julio de 2011

Desición...Cap19

Sentía como las cosas poco a poco se nublaban, ya casi no veía nada cuando una lágrima más rodó por mi mejilla dejanome ver claramente otra vez por unos segundos.
Había llorado mi soledad y engaño por un largo rato. Había un vacio en mi, algo hacìa falta ahí dentro.
Estaba sola ahora sí, mi familia estaba lejos, de mi mejor amigo no sabía hace mucho y Vanessa...ella, pues... tenía a Joshua. Quizà habìa vivido asì durante mcuho tiempo pero sólo había caido en la cuenta de que estaba pasando hasta ese momento.
Introduje la mano en mi bolsillo y extraje mi celular para finalmente marcar.
-¿Alo?
-Hola...-susurré tan controlada como pude.
-¿Sophia?
-Se que quizá...no quieres hablar conmigo pero...-tomé aire y continué-te necesito-sollosé.
-¿Qué sucede?
-¿Crees que puedas venir a mi casa?-pregunté tan claro como pude.
-Ah...por supuesto-la pregunta le había tomado con guardia baja.
-Gracias...-


Llamaron a la puerta pero no esperaron a que abriera, Lucas irrumpió en casa total y completamente preocupado.Tardé un segundo en reaccionar. Sin dudarlo dos veces o si quiera pensarlo, salté de mi asiento y corrí hasta él y lo estreché entre mis brazos. Unos leves temblores me atravesaron y me aferré más a él. Lucas acarisió mi cabello y yo estallé en lágrimas otra vez.
-Tranquila, pequeña-susurró-¿Qué pasó?
Respiré un par de veces y le respondí tan claro como pude.
-Se fue-sollosé.
-¿De qué hablas?
Me aparté y un poco, y mirandolo le dije-Se va a ir, me dejará Lucas...él me dejó.
Vi como su rostro se comtraía y sus ojos iban de una lado a otro, lleno de molestia y dolor.
-Ven, sientate. Iré por un poco de agua, relajate-me acompañó hasta el sofá donde había estado en un prinicipio y fue a la cocina.
Inconcientemenete mi vista se fijó en el movil que estaba sobre la mesa de centro. ¿Aún esperaba que me llamase? Así es.
Él no lo haría y yo lo sabía pero...¿cómo hacerle enter eso al corazón?
Lucas no tardó en volver. Me entregó el vaso y se sentó a mi lado, me abrasó y me acunó en sus brazos.
-¿Qué sucedió?
Le conté todo lo que había pasado aquella tarde. Sentí cómo cada una de mis palabras le dañaban y enfurecían. Sabía que en lo único que pensaba Lucas era en odio que sentía por Nicholas, en cuanto quería arrancarle la cabeza por haberme dañado de aquella manera.
-Siento que hubo algo que hice mal...
-Espera, ¿insinuas que tienes la culpa?-me miró sorprendido.
-No lo se, quiza...
-No-me cortó-Jamás, pienses eso. Tú no tiene la culpa de nada en este asunto. No tienes la culpa de que esa estúpida sabandija no sepa valorarte ¿correcto?-tan sólo asentí-Mírame-tomó mi rostro entre sus manos- Si no te quiere a su lado, eso es problema suyo ¿si? Tú...eres demaciado para él, olvidalo. Vamos a Italia, regresa con tu familia e incia una nueva vida. Deja a Nicholas atrás...
Aparté la vista y cambié de tema.
-Te vi en el concurso la vez pasada...-asintió-Gracias-le dije buscando su mirada- Fue...maravilloso de tu parte ir a verme, ya sabes...luego de lo ocurrido.
-Debo decir que lo siento-declaró- Debí haberte abierto la puerta, no estuvo bien.
-Te entiendo. No debe ser fácil para tí y, en todo caso, también lo siento.
-¿Por qué?
-Si lo hubiese sabido, lo huebiera pensado mejor.
-Exacto, "si lo hubieses sabido". Pero no fue así...deja ya de torturarte. Ahora descansa.
No estaba muy de acuerdo con él pero tenía claro que no tenía fuerzas para dicutir y que dormir sería lo mejor.
Lucas se comodó un poco y me acunó en sus brazos acariciando mi cabeza y susurrando.
-Descansa ratoncita, verás que cuando despiertes las cosas serán mejor.
Cerré los ojos y dejé caer la última lágrima para lego dejarme llevar por el agovio. Senti su respiraciòn, sus latidos bajo mi oido hasta que porfin todo perdió importancia. Desee poder dormir por siempre, vivir en mis sueños, donde el dolor no existía, allí donde todo lo podías cambiar y nada era imposible...
Cuando desperté ya habia amanecido y yo seguía en el sofá, a mi lado permanecia Lucas, que aparentemente no se habia movido durante toda la noche. Intenté safarme de su brazo, que me sostenia junto a él evitando que callera al piso, pero me moví mucho y lo desperté.
-Valla, te despertaste-dijo. Me limité a sonreir.
Ambos nos incorporamos en el asiento. Mi amigo hechó un vistaso a su reloj y los ojos se le abrieron como platos.
-Mira que hora es, casi las 2. Me sorprende que Vanessa no nos halla despertado.
-Pensaba invitarte a desayunar pero...-reimos- Entonces, ¿almorzamos juntos?
-Me encantaría pero no puedo. Hay algunos asuntos que debo atender-el sentimiento de vacío volvió.
-Claro, de todos modos gracias.
Me abrazó con todas sus fuezas.- Te quiero mucho, ratoncita-besó mi mejilla.
-Yo también.


Lucas´s PVO:

Ella se sentí culpable por algo que nisiquiera había hecho pero su amor no la dejaba ver más allá de la realidad. Era él el que había causado todo aquello pero Sophia lo veía como un santo, en su mente ardía el dolor y en su corazón la soledad y la culpabilidad. Por mi parte me sentía un poco culpable por no haberla protejido mejor, es decir, no debía haber sido tan infantil y debía haber estado allí para advertir el peligro. En fin,el daño estaba hecho y no queda vas que aclarar un par de cosas.
-Sí, ¿en qué lo puedo ayudar?-preguntó el hombre de la puerta.
-Quisiera ver a...Nicholas
-Un momento por favor
Decir su nombre sin querer golpear a alguien me era casi imposible.
El hombre de negro dijo un par de palabras por teléfono y después me dejó pasar.
Caminé un largo tramo hasta la puerte de la gran casa en la cual me recibió un amable señorita que me dijo que " El joven. Sabndija Fletcher" bajaría en un momento.
Esperé en la sala hasta que finalmente se dignó a aparecer.
-Lo siento si te hice esperar mucho, estaba terminando de cambiarme, iré a ver a Sophia-lo dijo tan desacradamente que si no contraba mis impulsos le hubiera roto la cara.
-Ya lo se todo-advertí amargamente.
-No entiendo
-Te lo advertí sabandija, te dejé en claro que si te atrevías a dañar a Sophia habrían consecuencias.
-Así que estás aquí para cobrartelas sin siquiera darme chanse de explicarme.
-¿Qué vas a decirme? ¿¡Qué no es como ella cree!? ¿¡Que lloró toda la noche por tí pero que no tienes la culpa!? ¡No seas iluso Nicholas! ¡Entre gitanos no vamos a leernos las manos! ¡Tú jugaste con ella porque pensaste que no tendría manera de defendrse pero, te equivocaste sabandija, si es necesario iré hasta las últimas consecuencias para cobrar el dolor que le haces sentir. ¿Por qué ella? ¡Dímelo!
-Porque yo la amaba
-¡Por Dios! ¿Que la amabas? ¿Me crees idiota? La amabas y por eso ahora la dejas sin siquiera pelear por ella, como si fuera un juguete viejo.
-Es mejor que te vallas
-Te juro que lo mejor ahora es golpearte.-la sangre me hervía-Ella te quería, no, ella te ama y tú sólo la tomas como un juguete. Ella llora por tí y claro ¿quien es el estúpido que la escucha? yo, maldición.
-Tú sólo te ofreces. Dejala que llore sola, es la mejor terapia...
Correcto, eso había sido lo último.
Su cuerpo se estrelló contra el piso causando un estruendoso sonido. Se puso de pie de inmediato mientras la sangre corría por su labio inferior. Estampó su puño contra mi pomulo y yo golpee su estómago. Empezamos a daros de golpes y a maldecirnos los unos a los otros hasta que una mujer nos detuvo.
-¿Qué significa esto? ¡Nicholas!
Un hombre nos aparató.
-¡Basta esta no es la mejor manera!
-¿Quién es usted y por qué golpea así a mi hijo?-intervino la señora.
-Tranquila señora, sus heridas sanarán pero las de Sophia no.
-¿De qué habla este joven? ¿Nicholas, qué le haz hecho a esa joven?
La sabandija miró al piso sin decir nada.
-Anda, explicale por qué lo hiciste quizá ella te entienda.
-Callate
-No pienso callarme. Le hiciste daño ahora da explicaciones.
-¡Que te calles!-se me avalansó encima otra vez.
El gran hombre nos separó otra vez.
-¡Es suficiente! Nicholas ve a tu dormitorio, tenemos mucho de qué hablar. Y ustede joven es mejor que valla a su casa-dijo el señor.
Miré con odio a Nicholas e intenté recordar su golpeada cara por última vez. Asentía y luego me marché.
No había conseguido mucho, pero al menos lo había golpeado.


Sophia´s POV:

Luego de la conversación con Lucas, de lo que había hablado con Vanessa y de la emotiva llamada de mi madre, había tomado una desición. Me reuniría con mi familia en Italia y no volvería a Liverpool nunca más. Ya no me quedaba más nada en Inglaterra. No me entristecía alejarme de Vanessa, después de todo ella podía ir a verme cuantas veces quisiera y bueno, el apoyo de Joshua la ayudaría a superarlo. Por ahora sólo quería alejarme de todo aquello que me pudiera recordar a Nicholas, reencontrarme con mi familia y permanecer junto a Lucas y su protección.
Es cierto, suena un poco convenido pero, ahora que me daba cuenta de las cosas, sabía que era en él en quien podría contar por siempre.

-He tomado una decisión
-¿Cuál es?-preguntó dejando su taza en la mesa.
-Iré a Italia
-Para...
-Sí,así es. Iré a Italia para quedarme. Ya no quiero estar aquí más ¿sabes? Todo esto...estas calles, la casa...todo, me recuerda a él. Me iré y comenzaré otra vez.
Lucas tomó aire y levantó las cejas impresionado.
-Me alegra, me alegra mucho que hayas tomado hayas tomado esta decisión y te apoyo pero...
Se frotó la barbilla, miró a otro lado y luego volvió a mirarme.
-¿No crees que es un poco cobarde?
Normalmente la sinceridad de Lucas me gustaba pero en aquella situación me parecía de lo más insultante.
-¿A qué te refieres?
-A ésto. A tu plan. Sophia, no podrás huir siempre. No está bien que pretendas que yéndote las cosas se irán. Es cierto que este lugar te hace recordarlo pero está en tu mente y en tu corazón y no importa cuan lejos bayas no puedes arrancarte el corazón.
Me mordí el labio e hice una mueca. Aparté la vista y me sequé las lágrimas.
-¿Me harías un favor?
-El que quieras
-Nunca me dejes....¿si?
-Oh, Sophy, Sophy...no seas tontita-respondió secando mis lágrimas con su pulgar- Yo siempre voy a estar ahí, siempre. ¿Entiendes? SIEMPRE.
Recorté mi cabeza contra la palma de su mano.
-Gracias....-susurré


-Sí,sí lo se es un poco repentino pero, prefiero explicartelo cuando llegue.
-Claro. Avisame si algo pasa ¿ok?-respondió-Ay, estoy tan feliz de que vengas...te extraño mucho.
-Sí, yo igual mamá. Pero, ya nos vemos ¿si?
-Bueno, adios. Te quiero.
-Yo también, adios-colgué.
Exhalé el poco aire que me quedaba y observé la maleta sobre la cama, aún incompleta pero ya casi llena.
-¿Puedo pasar?-preguntó Vanessa desde la puerta.
-Adelante
-¿Segura de lo que vas a hacer Sophia?
-Sí, más que segura-.respondí decidida.
Vanessa suspiró.
-Bueno,entonces...¿no hay nada que pueda hacer?
-¿Para que me quede? No. Tomé mi decisión y no lo voy a pensar más.
-Claro.
Alguien llamó a la puerta principal.
-Yo voy-le dije

-Joshua-dije cuando lo vi.
-Mm...si quieres vuelvo luego.
-No,no,no-me apresuré a decirle.-Vienes a ver a Vanessa.Pasa.
Desde lo que había pasado con Nicholas, Joshua prefería no acercarseme. Temía que yo sintiera alguna clase de resentimiento contra él pero, se equivocaba.El problema era con su amigo no con él.
-¿Vanessa?-preguntó
-Arriba. ¿Quieres que la valla a buscar?
-Sí,por favor.
Me di vuelta para subir a llamarla cuando recordé que quería pedirle algo.
-Joshua...
-¿si?-levantó la mirada
-Cuídala ¿si? no le hagas daño. Ella te quiere. Prométeme que no la dañarás.
-Te lo prometo-respondió con una media sonrisa.
Caminé hasta él y lo abrasé entre lágrimas.
-Yo no le haría lo que él a tí, lo juro
-Gracias-respondí apartándome con una sonrisa en el rostro.
Sequé mis lágrimas y fui a buscar a mi amiga.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Cap 18

Luego de la gran desepción fuimos a cenar con los padres de Nicholas, para celebrar una "gran" noche. Lo sé suena muy pesimista pero era así como yo lo veia.Como sea...el hecho era que, se suponía que era mi noche y la única que no sonrreía era yo. Apenas y me enteré de lo que pasaba.


Nicholas había insistido en que fuesemos de fin de semana con Vanessa y Joshua también.
Yo supuse que sólo quería darme una oportunidad de relajarme pero me equivoqué...
...sí, valla que me equivoqué.

Insistió en que fueramos a dar un paseo mientras que la comida estaba lista, solos él y yo.
Caminamos por un largo momento, en silencio. Nicholas fijaba la mirada en la nada y por momentos su mano se aferraba más a la mia y fruncía los labios.
-¿Qué anda mal?-me atreví a preguntar.-Nicholas-le llamé tirando de su mano al ver que no respondía.-¿Qué es todo este misterio? Anda habla por favor-me le platé delante obligandolo a detenerse.
No dijo nada, ni me miró, simplemente se detuvo.
Estiré la mano hasta su barbilla y le hice mirarme.
-Dime qué está pasando-exigí.
Respiró ondo y cerró los ojos.
Nicholas quería confesarme algo y no sabía por donde empezar de manera que lo animé.
-Sólo dilo, sea lo que sea lo comprenderé.
¿Por qué no lo dice?
Abrió los ojos y me contempló por un instante para luego comenzar.
-Sabes que estas eran sólo una vacaciones ¿no es así?
-Eso se suponía pero luego se volvió algo permanente-repetí lo que me había explicado hacía tiempo atrás.
-Eso se suponía-repitió-Sophia, yo...debo resgresar.
-¿Regresar,a dónde?-se me hizo un nudo en la garganta.
-A Estados Unidos.
-Perfecto, ¿Cuándo vuelves?-había  una idea en mi cabeza, una muy mala, que se empezaba a formar por más que la evitaba.
-Sophy-frunció el seño, sintiendo...¿dolor?-no voy a volver.
-Espera,no...no entiendo, ¿a qué te refieres?-el corazón me latía con mayor rapidez y la respiración se me había acelerado.-¿Qué intentas?
-Debo volver.
-¿Por qué?
-Porque...porque mi vida está allá.
-Eso es lo más estúpido que he oido.Pensé que eras más creativo y en todo caso, si quieres terminar conmigo sólo dimelo y no inventes una estúpida historia sobre tú vida.-empezaba a molestarme.
-No estoy inventando nada-se defendió
-¿Ah no? ¿Entonces qué es eso de tú vida, no es una invención?-mi voz se elevaba una octabas más arriba de lo normal.
-No-respondió con seriedad.
-Ay por favor Nicholas. ¿De qué vida me hablas? Si no lo notaste, eres un artista, no tienes vida ni lugar fijo.-un poco más alto.
-¿Quién lo dice?-intentó defenderse.
-¡La lógica! vas de una lado para otro, presentación tra presentación, entrevistas, grabaciones, inaguraciones...todo en diferentes lugares. Tus padrs te siguen a dónde vas y de tus amigos no me hables porque Joshua te sigue también; así que deja ya la idea estúpida de una vida normal-mi voz se había convertido en un grito ronco, ahogado.
-No entiendes, yo...
-¿Qué es lo que no entiendo?-quise saber- ¿Que eres un mentiroso, farsante, engreido y caprichoso, que lo unico que quieres es pisotear al resto y que no te importa cuanto daño haces simplemente para alcansar tus metas? Eres una canalla, mal educacado, patán y cobarde.-eso era casi un grito.
-Baja la voz-demandó tomandome del brazo.
-¿Por qué? ¿No quieres que la gente se enteré de la verdad?-le pregunté antes de gritar-¡Que todo mundo se entere que Nicholas Fletcher no es más que un patán, cobarde, mentiroso y jugador!-llamando la atensión de los que a nuestro alrededor se encontraban.
-Sophia, deja de gritar-me tomó otra vez del brazo y me jaló lejos del resto.
-¡Sueltame!-le exigí tirando de mi brazo logrando safarme-Me das asco-le dije como quien escupe algo.
Di media vuelta e intenté alejarme, decidida a marcharme.
-Sophia, espera-me tomó de la mano y me jaló obligandome a girar.-Lo siento.
-Sin verguenza-usé la mano libre y se la estampé en la cara-Para que nunca te olvides de mi.
Esta vez logré marcharme sin que me detuviera.

No tardé mucho en sentir la realidad. Se estaba llendo, para siempre...

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Hola chicas ¿que tal?

Sé que está cortito pero lo que pasa es que mi cuaderno lo he dejado en el cole y estoy de vacaciones asi que no puedo seguir el cap pero voy a intentar escribirlo. Es que en el cuaderno me salió bien y quisiera publicarlo tal cual o al menos mejorarlo.
En fin...espero que les guste, adios...

lunes, 9 de mayo de 2011

Cercanía lejana... Cap 17

Nicholas me había comentado sobre los gustos de su madre, es decir, me había contado que a ella le gustaba mucho el baile de salón y que incluso pertenecía a una sociedad de mujeres que se dedicaban a organizar esa clase de eventos. Pues bien, este grupo asociado organizaria un concurso en la ciudad y pues habían logrado que las parejas que ganaran en aquel cetamen pasasen a ser parte de los concursantes del Concurso Internacional de Baile de Salón.
Al parecer él y su madre ya habían hablado sobre la posibilidad de que yo ingresara a aquel concurso,pues aquella mañana me llamó y me dijo que fuera a su casa tan pronto como pudiese. Luego de darme las instrucciones para poder llegar me hizo prometerle que estaría allí tan pronto como me fuese posible.
Y así fue. Terminé de desayunar y partí hacia su residencia.

Una vez allí Nick me resivió con un buenos días acompañado de un beso y me invitó a pasar a la sala. Minutos más tarde su madre se encontró junto a nosotros. Charlamos un momento pero luego él se retiró "casualmente" dejandome a solas con ella.
-Nick me cometó que haces baile de salón-inició
-Sí, de hecho lo hago desde pequeña. Me gusta mucho, me relaja.
-Es grato escuchar que jovencitas como tú aún se interesan en este tipo de música-me limité a sonreir, la verdad no sabía que se refería con lo de "como tú".-Sabes...pertenesco a un asociación que bueno, realiza concursos de baile de salón y pues me gustaria que participaras en uno de ellos. Además, si ganas puedes concursar por el premio internacional.
-¿En serio?-dije un poco incredula
-Pero porsupuesto que si, pequeña. No te he visto bailar antes pero estoy segura de que puedo confiar en mi hijo y en ti.
-Estaria encantada,en verdad.
-Ya lo creo-se puso de pie-Espero que no me defraudes.
-Jamás, tengalo por seguro.
-Buenas tardes-se marchó
¡Rayos!
Esto era lo que había estado esperando desde siempre y ahora...ya no se sentía igual.¿Por qué?
-¿Buenas noticias?-preguntó Nick, que había aparecido detrás de una puerta.
-Eso parece-quizá él esperaba más entusiasmo de mi parte.
-¿Sucede algo? ¿No te sientes feliz? Me refiero a que, ¿no era una oportunidad para el concurso internacional lo que querias?
-Si pero...
-¿Pero qué?-era obvio que mi falta de entusiasmo le disgustaba. Su voz era fría o más bien...ruda.
-Lo siento ¿si? Mi actitud no me agrada más que a tí-amití- Me gustaría sentirme alegre y entusiasta pero no puedo y no tengo idea del por qué, hay cosas que sólo suceden.
Suspiró y agachó la cabeza.
-Perdoname-me miró-Te entiendo,es en serio. Me ha pasado a mi también, y eso es porque tienes la cabeza en otro lugar.
-¿Tienes las dirección? Iré a recogerla.-respondí con sarcásmo mientras me dirijia hacia la puerta.
-Sophy,Sophia espera-me tomó del brazo.
-¿Qué quieres?
-Sólo...quedate,por favor. No importa si te entusiasma ahora la idea del concurso. No peliemos por esto ¿si?
Asentí. Nicholas me abrazó y quedamos así por un rato.
A veces se me hacía difícil de comprender el por qué de que cuando Nick estaba cerca, la amrgura, tristeza y demás...desaparecía, con rapidez.

Nicholas no tenía razón. Él creía que no me sentía como era debido ya que no estaba segura de lo que estaba pasando o porque aún no lo procesaba, pero no era así. La razón de que me sintiera así era que había algo que me tenía inquieta, un mal sentimiento que no me dejaba en paz. Sentía que algo saldría mal y eso...eso me asustaba.

No veía a Lucas desde la pelea y de eso hacía ya tres meses. Tenía a Nick pero me hacía falta Lucas. Se había ido un largo tiempo y había vuelto, la idea de que estubiera cerca y no podía verle me mataba.
Por momentos me sentía sola y con ganas de verle pero pronto me daba cuenta que más valía que lo encarase antes de quese fuera otra vez pero esta para siempre.
Y así pasaron los días, intentando encontrar un momento para buscarle pero nunca lo encontraba, cuando más pensaba que sucedería más cosas tenía que hacer.

Aquel día se me ocurrió que era momento de hacerlo y no me percaté de que el día del concurso había llegado hasta que Vanessa me recordó que debía empezar a vestirme.
Quizá mañana. Pensé
Mamá había llamado para disculparse y decir que no había buen tiempo y los vuelos se habían cancelado así que no llegaría, de manera que los únicos presentes serían Vanessa, Joshua, Nick y sus padres. Stella, la madre mi amiga tenía un desfile aquella noche así que no podría ir tampoco. En fin...

Dentro del gran auditorio del hotel la gente comenzaba a ocupar sus lugares y los bailarines buscaban sus camerines. Estaba nerviosa debía admitirlo pero, no del todo. Aún estaba distraida y era por Lucas. Estaba más cerca de él que nunca desde es día de la pelea.Tan sólo 9 pisos más arriba en la habitación 901, Lucas se ospedaba. Nueve pisos, Sophia.
Me puse de pie y me dirigí al corredor. Caminé, entre consiente e inconsiente, hata el lobby del hotel y me acerqué a la recepcionista.
-Buenas noches. ¿En qué le puedo ayudar?
-Ah...sí, quisiera saber si aún hay alguien el la habitación 901-no sabía si seguía en  la ciudad o no.
-Sí,pero justo en este momento el joven acaba de retirarse.
-¿Y sabe a donde fue?
-No, discupe no dejó ningún recado.
-Bueno, de todas formas gracias.
Maldita sea.Tan cerca pero a la vez tan lejos...
-¡Sophia!-me llamaron-Sophia¿dónde te metiste? ya va a comenzar-era Joshua que venía caminando con rapidez através de la recepción.
Llegó a mi y me tomó por los brazos arrastrándome junto a él.
-¿Está bien?
-Supongo-musité.

Intenté relajarme y concentrarme en la rutina y sólo por poco lo logré. Por ratos dejaba de escuchar la voz de mi pareja que iba contando los pasos en mi odio y aveces me quedaba parada estática, con la mirada perdida.
Una rutina por cada ritmo. Y al fin el turno del vals.
Concentrate
Un,dos,tres,cuatro. Rápido, cruzado,dos...¿Lucas?
Mis pies no dejaron de moverse pero al girar mi cabeza cambió de pocisión intentando no perderle el rastro. Sí, ahí estaba, de pie entre la multitud.
Era increible que a pesar de nuestra situación se hubiera dado tiempo de bajar a verme.
Sentí un impulso. Soltarme y correr para abrazarlo. Richard lo presintió así que aferró más si mano a mi espalda y no me dejo ir.
Sólo un par más.
Estaba a un par de compases de poder huir.
La música terminó, hicismos la reberencia y luego... no pude irme.
Justo ese día, justamente en ese momento se les había ocurrido romper el protocolo y anunciar a los ganadores en ese momento.
Porfavor...
Tercer lugar.Segundo...
Ganamos
Richard me miró y me abrazó como jamás lo había hecho. Habiamos ganado era cierto.
Depronto, sólo por unos segundo eso importó. Los aplausos no tardaron en oirse. El maestro de ceremonia nos entregó los trofeos y el ramo de rosas.
tan pronto como reaccioné, me solté y caminé hasta el lugar en donde se suponía Lucas estaba.
Demasiado tarde.
Se había ido.
Solté el aire de golpe y comenzé a respirar con rapidez.
Sentí como un mareo se apoderaba de mi.
Una fuertes manos me sugetaron a tiempo para impedir la caida.
-Sophy,Sophy racciona-repetía con ansiedad.
-Lo siento-fue lo único que logré decirle.
-¡Felicidades amiga!-comenzó a gritar Vanessa a lo lejos.
-Gracias-contesté a su abrazo.
-Fue maravilloso-comentó Joshua.
-Talentosa sin duda-dijo Theresa, la madre de ´Nick.
Continuaron con sus alago, todos menos Nick. Él sabia que algo andaba mal, y su mirada estaba perdida y en su rostro se dibujaba la preocupación y la marcada expresión de pensamiento.
-Compermiso-me escusé y comenzé a caminar en la dirección opuesta, atravesando el salón.
-¿ A dónde vas?-me detuvo Nick.
-Debo resolver algo-respondí con seriedad.
Caminé con rapidéz impidiendo que Nicholas me siguiera.
Pasé por el lobby y heché una mirada al casillero del dormitorio de Lucas. La llave ya no estaba allí de manera que él se encontraba dentro.

Tomé el asensor hasta el 9no piso y una vez allí busqué su habitación.
Llegué a ella y llamé a la puerta.
-Lucas, abre porfavor-le supliqué. No hubo respuesta.-Lu, sé que estás ahí. Porfavor...-no lo pude resistir, alguas lárgrimas amenasaron por escaparse y la voz se me quebró.-Sólo quiero que me escuches un momento-no hubo señal de que fuese a hablar, es más parecia como si no hubiese nadie dentro. Volví a tocar la puerta.-Lucas... porfavor. Yo nuca quise hacerte daño.-Algo se movió dentro, unos pasos que se acercaban a la puerta. Esperen...no sólo es una persona,¿son dos? No vienen del mismo lugar. Una de ellas viene...corriendo.
Voltié para ver si alguien venía por el corredor. Así fue.
Nicholas venía coriendo con rapdiez y se detuvo una vez que estuvo a mi lado.
-¿Qué haces aqui?-la mano que se había atrvido a ponerse sobre el pomo de la puerta ahora se retiraba.
-No, porfavor, abre la puerta- volví a golpear.
-Sophia, vamonos.
-No-volví a tocar.
-Nos van a hechar de aquí, es mejor que nos vallamos, mis padres esperan abajo.
-Sólo dame un momento-quise soltarme pero no pude.
Nicholas me arrastró junto a él hasta el asensor mientras yo pedía que me dejara hablar con él, que necesitaba hacerlo, mas no hizo caso.

lunes, 21 de marzo de 2011

La llamada... Cáp. 16

Todos sabían ya de lo nuestro y por todos me refiero al mundo entero. Los periodistas tenían imágenes y demás. Entre Nick y yo habíamos acordado que no dariamos entrevistas sobre el tema, es decir no aceptariamos entrevistas juntos. No quería salir en un programa de televisión ni que la gente me hiciera preguntas y yo no supiera que responder.

Mi padre regresó tan pronto como lo supo y tuvimos una corta y extraña charla sobre el tema. Me pidió que recapasitara, que lo pensara otra vez, dijo que le hiciera caso si no quería salir dañada, que las cosas podían acabar mal, tenía miedo de que Nicholas me dañara pero no me daba un por qué lo bastante sólido como para que yo lo comprendiera. Me sentía confundida, más que nunca y para empeorar el asunto Lucas me llamó.

- Lucas -respondí.
- Sophia, ¿dónde has estado? He intentado comunicarme contigo y no he tenido éxito.
- ¿Dónde he estado...? En muchos lugares...
- Con Nicholas -me cortó.
- Sí, así es. Ya lo sabes ¿verdad? -al parecer mi alegría no le gustó porque tan pronto como se lo dije su tono cambió y comenzó a tratarme con rudesa.
- Sí, Sophia. El mundo entero lo sabe. Todos ya se enteraron de la linda pareja que son... -sonaba tan molesto e irritado.
- Pensé que te alegrarias...
- Pues te equivocaste.
- ¿Te sientes bien?
- No, muchas gracias. A diferencia tuya, he tenido una semana bastante dura pero, que bueno que al menos alguien esté feliz ¿verdad?
- Lucas... no estoy comprendiendo.
- Que lastima. ¿Por qué no llamas a tu nuevo enamoradito?, ¡quizá el te lo explique! -fue lo último que dijo.
- Pero... -ya había colgado.

¿Qué demonios le había pasado? Lucas no era de los que se enojaban con facilidad. Iba a llamarlo otra vez cuando el timbre sonó. Era Nicholas. Le habían comprado un carro y quería mostrarmelo.  Nick hablaba y hablaba sobre la mecánica del carro y yo sólo fingía que lo escuchaba. Además de que no entendía nada de lo que me decía, no podía dejar de pensar en la actitud de Lucas. ¿Por qué se había comportado así?

- ¿Qué te parece? -continuó- ¿Sophy?
- ¿Sí? -vovlví a la realidad.
- ¿Pasa algo?
- No, claro que no.
- Seguro... -asintió un poco incrédulo- Entonces, ¿quieres ir o no?
- ¿A dónde?
- A pasear... con el auto -repitió un poco extrañado- Sophy ¿de verdad me escuchaste? -comprendió que no al verme en silencio otra vez -¿Hay algo de lo que quieras hablar?
- No, olvidalo, son cosas mias. ¿Vamos? -me safé.
- Sí, claro -respondió lento y pensativo.

Subimos al deportivo y andubimos sin rumbo fijo, escuchando música y riendo, o al menos intentandolo. Al parecer Nicholas se aburrió de mi actitud extraña e incomoda y se dispuso a interrogarme.  Acabé por contarselo todo y no me pudo dar una explicación. Nos quedamos en silencio por un momento hasta que Nick le dio marcha al auto y condujo hasta la casa.
Cuando llegamos...nos dimos una gran impresión.
-Diablos-murmuró Nicholas.
Bajé del auto y caminé con rapidez hacia el porche de la casa.
-Lucas-le llamé. Giró y me miró-¿Qué sucedió?
-Sabía que no debía venir-se dijo así mismo mientras caminaba hacia la calle.
-No, Lucas espera-lo tomé del brazo-Explicame que fue lo que pasó,¿por qué me hablaste así?
Fijó sus ojos en mi y se quedó callado por un momento. Había dolor en su rostro y no sabía el por qué.
-Dilo, por favor-supliqué
-Quieres que te lo diga, está bien.
-Adelante.
-Estoy enamorado de ti-el estómago se me contrajo y sentí que me desplomaba.
-No juegues con...
-No estoy jugando Sophia-indicó-Estoy enamorado de ti desde hace mucho tiempo-no sabía que decirle, me quedé sin voz.
-¿Qué sucede?-Nick había llegado hasta nosotros y se había parado junto a mi.
-¿Qué sucede...?-repitió Lucas con las cejas enarcadas-Sucede, mi amigo, que me quitaste a la chica que tanto quiero-acusó un poco alterado.
Yo seguía parada en mi lugar sin siquiera mover un musculo a causa del impacto.
-Yo no te quité nada-respondió intentando calmarse.
-Si no hubieras llegado quizá ahora quien estaría asu lado sería yo.
-No tenía idea de lo que sentías por ella-le aclaró
-Pues ahora lo sabes-dijo casi a gritos
-Hubiera o no llegado, ella jamás se hubiese fijado en ti-atacó. Golpe bajo.
-No estés tan seguro-respondió avansando hasta Nicholas dispuesto a golpearlo si fuese necesario.
-¡Basta!-intervine. Por alguna clase milagro había logrado moverme y hablar.-Ya...ya es suficiente-titubié-Lo siento-susurré mirando a Lucas.
-Ya no importa-dijo relajandose un poco-Pero el día que me necesites, tendrás suerte de encontrarme-dicho esto se marchó.
Nicholas le contempló con amargura

Las palabras de Lucas quemaban en mi pecho. Sentía que a cada segundo se hacian más ciertas. No sentía nada más que ese dolor por dentro, no escuchaba, no veia. Me deslisé por la pared hasta que toqué el piso y me quedé allí sentada, dejando que las lágrimas corrieran por mis mejillas.
Nicholas llegó a mi lado y me abrazó con fuerza, como si tubiese miedo de que escapara.
-Tranquila, él no sabe los que dice
-Claro que lo sabe-susurré. Nicholas iba a decir algo más pero no lo dejé-Quiero estar sola
-Está bein-asintió. Besó mi frente y luego se marchó, pidiendo que me mantubiera en contacto.

No me moví por un largo momento. Me quedé ahí, en silencio, sola, llorando y haciendome miles de preguntas. Quería llamar a Lucas y pedirle que volviera, decirle que podiamos hablar pero tenía miedo de su respuesta. Poco poco las horas pasaron y el frío amenasó con llegar.
Me vi obligada a entrar una vez que no soporté la lluvia.
Dentro de la casa, frente a la ventana, observé como la gente corría a refugiarse en sus casas, con sus familias. Compartiendo un chocolate caliente, mientras yo los observaba preguntandome en qué momento había dejado ir la mia.

viernes, 25 de febrero de 2011

Advertencias... Cáp. 15

Tal como lo pensé, fue una larga velada. No hicieron más que pelearse como unos niñitos de cinco años, descutían hasta porque el mosquito pasaba y empezaba a hartarme. Tuve que fingir un dolor de cabeza para que aceptaran irnos y por consiguiente, callarse. No entendía por qué se comportaban de esa manera tan estúpida e infantil, no existía razón cuerda y lógica para comprender aquello. Según Vanessa eran celos pero yo no lo podía concebir de esa manera tan tonta. Lucas no podía estar celoso, fastidiado sí pero, ¿celoso?

Cada día me sentía más extraña cerca de Nicholas y además extrañaba a mi madre. La primera semana había sido bastante difícil lejos de mi familia, lejos de mi madre. Necesitaba sus concejos ahora más que nunca y por momentos incluso me arrepentía de haberle dejado ir. Nos comunicábamos muy a menudo pero no era lo mismo escucharla que verla. Se había enterado de mis salidas con Nicholas por medio de mi hermana y yo no me había negado a decírselo. Era obvio que a mi madre tampoco le simpatizaba la idea de que entre él y yo hubiese algo, desconfiaba de él y su "mundo", como le llamó una vez. La comprendía y no la juzgaba en absoluto, incluso yo me sentía así muy a menudo. Mi relación con Nick ya no era ningún secreto, el mundo entero sabía que él y yo eramos amigos. De esa manera mi hermana se había enterado de todo. La prensa especulaba y no faltaba entrevista en la que le preguntaran sobre mi; y a mi vez no faltaba alguna persona imprudente que se me acercara y me preguntara si era cierto lo que en los medios se comentaban, y esa situación me comenzaba a fastidiar. Nicholas decía que era normal y que no hiciera caso.

Por otro lado, ya no lo veía tanto como antes, su escusa era que estaba muy ocupado pues al parecer sus vacaciones, ya extendidas una primera vez, se habían vuelto a ampliar y ya no eran vacaciones si no días de trabajo. La verdad, no sabía si creerle; su voz dudaba cuando me lo decía, por telefono, lo cual lo hacía poco verosímil. Me ponía ansiosa y ya no me concentraba mucho en mis clases porque me ponía a pensar en él y la gente notaba mi cambio. Ni siquiera mis compañeros de baile se abstenían de hechame miraditas extrañas, y eso que los conocía desde hacía mucho.

Estaba en el patio intentando relajarme un poco luego de la dura tarde que había tenido, cuando llamaron a la puerta y tuve que ir a atender. ¿Quién demonios será? pensé mientras me dirigía a la puerta. Un hombre alto y delgado de cabellos castaños claros y ojos verdes  apareció frente a mí. Llevaba pantalón elegante y una camisa. Recién afeitado y muy bien peinado. Recordaba ese aroma, lo podía reconocer de entre muchos. Mi corazón dio un brinco al verlo sonreír y extender los brazos hacia mí.

- ¡Papá! -exclamé mientras lo abrazaba tan fuerte como podía.
- Princesa -respondió apartandome un poco para mirarme con detenimiento- Que grande estás...
- Gracias ¿Cómo me encontraste...?
- La Srta. Robinson no ha cambiado desde que me fui, aún se sienta frente a su ventana a mirar a todo aquel que pasa por ahí...

El recuerdo de la Srta. Robinson llegó a mí inesperado como una tormenta. Su rostro apergaminado observandome através de la ventana mientras llegaba de mis clases de baile, mientras acariciaba a uno de sus tantos gatos y se acomodaba el sombrero y se mesía en su silla de madera. Era una ansiana solterona que vivía sola. No tenía hijos, ni esposo, ni hermanos, tan solo a sus siete gatos. Había heredado la casa en la que vivía, de su padre muerto en la guerra. No era mala ni gruñona pero sí bastante extraña y solitaria.

- Es un alivio que aún siga viva.
- Esa mujer es de piedra -opinó. Asentí.
- Me alegro mucho de verte. Te he extrañado muchísimo.
- Y yo a ti. Durante la última semana estuve muy inquieto. Me enteré de tu amistad con aquel muchacho famoso... Sophy, linda, aléjate de él por favor.
- ¿Por qué? -estaba a punto de responderme cuando Nicholas llegó, en mal momento.
- ¿Interrumpo? -inquirió al ver a mi padre, sin saber quién era.
- No,claro que no -se apresuró a responder él- David Anderson, soy papá de Sophia.
- Nicholas Fletcher, mucho gusto.
- Igualmente -respondió- Espero que seas inteligente y me hagas caso. Nos vemos luego cariño -dijo dirigiéndose a mi y disponiéndose con un beso en la frente- Adiós muchacho -diciendo eso se alejó y subió a su auto.

Lo observé mientras conducía por la calle hasta que desapareció en una curva. ¿A qué se refería mi padre? mejor dicho ¿Por qué quería que me alejara de él? Quizá por la misma razón que mi madre pero, algo me decía que la intención de sus palabras era otra. Cuando lo dijo, lo hizo con mayor gravedad en la voz, lo cual me hacía dudar de la primera opción. Tuve que disculparme con Nick y pedirle que se marchara. Las palabras de papá me habían dejado demasiado confundida, consternada como para mantener una conversación. Dentro de mi los sentimientos y emociones se combinaban confundiéndome todavía más.

Aquella tarde, la cual recuerdo, más que con felicidad, con un poco de melancolía, cólera y tristeza, Nicholas me llamó para invitarme a una reunión que sus padres habían organizado en la gran residencia de los Fletcher para celebrar un nuevo contrato, al parecer "importantísimo" que Nicholas había firmado el día anterior. Las ansias de verlo otra vez sobre pasaron a mis otros motivos e hicieron que aceptara a pesar de que el recuerdo de lo dicho por mi padre aún daba vueltas en mi cabeza. Llegó a la hora pactada, con su limpio traje y me llevó hasta la mansión. Habían autos estacionados por todas partes y se escuchaba una extraña música desde dentro. Me invitó a pasar y el infierno comenzó. Sus invitados lo comenzaron a saludar y el mar de gente se lo llevó dejándome más sola que en el desierto. Caminé hasta una mesa y me senté con la esperanza de que el tiempo pasara rápido y mi agonía terminara.

-¿Puedo sentarme? -la voz desconocida de una mujer sonó a mis espaldas.
- Claro
- Oh, tú debes ser Sophia ¿verdad?
- Sí -respondí nerviosa.
- Eres tal como te imaginé -correcto, y ¿usted quien es?
- Supongo que eso es bueno -respondí con una leve sonrisita, llena de nervios.
- Oh, disculpa. Mi nombre es Theresa Fletcher, soy mamá de Nicholas.
- Mucho gusto.
- Nick nos ha hablado mucho de ti -comentó, a la vez que tomaba asiento.
- ¿En serio? -intenté ocultar mi emoción.
- Sí, todo el tiempo...
- Mi madre suele exagerar de vez en cuando -interrumpió Nicholas.
- Encontré a esta linda muchachita sola mientras las moscas le daban vueltas, ¿dónde estuviste?
- Lo sé, lo lamento Sophia.
- No te preocupes. Afortunadamente tu madre me encontró.
- ¿Quieres acompañarme un momento? -preguntó Nicholas.
- Sí, claro. Fue un placer conocerla señora.
- Igualmente pequeña.

Nos alejamos entre la gente hasta que llegamos a la terraza.

- Lamento si mamá te incomodó -se disculpó mientras cerraba las puertas creando un ambiente más tranquilo.
- No, todo lo contrario, me pareció una mujer encantadora.
- Es bueno escucharlo pero, no te traje aquí para eso.
- ¿Ah no?
- No, en realidad no -hizo una pausa y luego continuó- Es extraño el rumbo que han tomado las cosas y a veces no sé qué es lo que va a pasar luego. Sé que voy a tener problemas por esto y que voy a meterme en terreno inseguro pero no me importa. Al diablo con todos ¿sabes? Durante mucho tiempo me han dicho qué hacer y qué no hacer, han decidido sobre mi ropa y mi peinado pero, nadie decide sobre mis sentimientos y no voy a permitir que nadie arruine las cosas esta vez, porque ¿sabes qué Sophia? Yo te quiero demasiado, más... más de lo que jamás creí, cada segundo lejos de ti... es terrible. Cuando te vi en la playa no te tomé mucha importancia pero luego, cuando discutimos y me gritaste de esa manera, me di cuenta de que eras la única persona que me podía poner en mi lugar y luego te conocí y también noté que era sensible y dulce. Sophy, no me importa nadie más que tú.

Sonaba tan cincero, tan lindo que lo creí, algo de lo que luego de unos años me arrepentí.

- Estuve pensando que bueno, quizá tú y yo...
- Sí -era obvio a lo que se refería pero él no lo podía decir.
- ¿En serio?
- ¿Por qué mentiría?

Sonrió y me abrazó. Sentía como la alegría y la emoción subían por mi cuerpo y aceleraban mi corazón. De pronto la felicidad fue reemplazada por el terror. Las palabras de mi madre y las de papá retumbaron en mi cabeza. Muchas imágenes recorrieron mi mente: problemas por causa de su profesión y cosas similares.

- ¿Algo anda mal? -preguntó nervioso- No estás segura ¿cierto?
- No, todo está muy bien -mentí sin mucho éxito.
- Dime la verdad por favor...
- Nicholas, tu padre te busca -interrumpió un hombre
- Gracias Teddy, ya voy -su manager desapareció- Ya vuelvo.

Y no regresó hasta el final de la noche cuando la música terminó. Había cantado todo el tiempo mientras que a mi me daban vueltas las mosca otra vez. Muy dentro de mi sabía que estaba cometiendo un error al aceptar ser pareja de Nicholas.

lunes, 7 de febrero de 2011

Competencia... Cáp. 14

Las luces de la ciudad iban quedando a nuestras espaldas a cada kilómetro que recorríamos. La calefacción estaba encendida y el ambiente bastante cálido pero no era cómodo estar allí. Me sentía realmente molesta y decepcionada por Nicholas. Y mientras yo me hundía en mi enojo él se mantenía ajeno a la situación mientras coreaba lo que sonaba en la radio. ¿A caso no se había dado cuenta de lo mal que se había comportado y de la mala primera impresión que le había causado a Lucas? Era como si él viviera en un mundo paralelo en el que nada era malo y que no importaba lo que decías. ¿Cómo demonios podía mantenerse tan al margen? ¿Es que acaso creía que ir por ahí derrochando su alto ego era algo normal? ¿No notó lo molesto que fue escucharlo, toda la velada, mencionar sus innumerables logros? No estaba, en absoluto, en desacuerdo con el hecho de que fuera un chico con mucho éxito y talento; pero había momentos en que era mejor ser sencillo y humilde.

- ¿Qué pasa? -inquirió Nicholas, deteniendo abruptamente su canto y disminuyendo el volumen del reproductor hasta que se hizo inaudible, con una gran sonrisa. ¿Se le hacía graciosa mi molestia? ¿Me veía chistosa acaso?
- Estoy enojada -declaré lo suficientemente seria como para que entendiera lo importante de la situación.
- Creo que es algo bastante obvio -seguía divertido. No era momento de alegría.
- ¿Te parece divertido que esté enojada? -esto no iba bien.
- No -respondió sin despegar la mirada del camino- ¿Qué fue lo que te puso de tan mal humor?
- Tú y tu actitud -comenté fría.
- ¿Qué hice esta vez?
- ¿Qué hiciste? Todo. Te comportaste de lo ególatra esta noche, nada humilde y bastante ostentoso. No es cómodo escuchar a alguien parlotear toda la noche sobre él mismo.
- Irrité a tu amiguito. ¿Es eso?
- No fue el único irritado.
- ¿También te incomodé?
- Quizá para ti sea normal, hablar de ti el tiempo entero, pero por lo general en una charla los temas a tratar son muchos, distintos ¿sabes?
- Lo siento. La cuestión es que es así como soy y tú lo sabes, Sophia.
- Sí. Pero pensé que eras más observador.
- ¿A qué te refieres?
- Quizá no lo notaste pero, Lucas estaba bastante incomodo y yo tenía ganas de golpearte.
- Pensé que eras menos ruda -comentó con alegría. Lo miré con amargura y él se disculpó.
- Correcto, lo siento. Prometo ser más observador la próxima vez y descuida, mis niveles de ego disminuirán de aquí en adelante -aseguró haciendo gestos con las manos alrededor del timón.
- ¡Gracias!

Vanessa, Lucas y yo habíamos acordado ir al centro a ver alguna película y pasar un rato juntos. Me sentía muy nerviosa y ansiosa por la reunión. Temía por la reacción de Lucas luego del pequeño disgusto. Lo conocía más que a Nicholas y había más confidencia entre nosotros así que sería más fácil sacarle información a él. Tenía que saber que pasaba entre esos dos, qué era lo que no había podido comprender la noche pasada, qué secreto se escondía tras sus miradas.

El timbre sonó y corrí escaleras abajo para atender la puerta. Lo que me extrañó fue que Lucas llegara tan temprano, faltaba media hora para que se cumpliera el horario establecido y él era de los que llegaban tarde. Pero luego noté que no era Lucas quién estaba ahí...

- ¡Nicholas! -exclamé más que emocionada, sorprendida.
- Sí, lo sé, debí esperar a que me contestaras el teléfono antes de venir pero, créeme que llamé muchas veces y jamás contestaste.
- Se debe haber quedado en mi bolso y por eso no lo oí -me defendí.
- ¿Puedo pasar?
- Sí claro -Nicholas se había quedado mirándome y me hizo sentir extraña- ¿Qué?
- ¿Vas a alguna parte? -preguntó. Vanessa apareció y Nicholas cambió la pregunta- ¿Van a alguna parte?
- Sí. De hecho, Lucas va con nosotras -explicó mi amiga. Desee que jamás hubiese hablado.
- Lucas ¿eh? -dijo Nicholas enarcando las cejas.
- Sí... -respondí.
- En ese caso… Creo que es mejor que me quede.
- ¿Qué te quedes? -reaccioné. Pensé que diría que se marchaba.
- Sí. Claro, si es que no incomodo.
- Oh, vamos Nicholas… -saltó Vanessa- Tú nunca incomodas -continuo sonriente mientras lo tomaba del brazo, y se lo llevaba a la sala. Genial...

Subí al dormitorio y terminé de arreglarme. Escuché a alguien caminado por la calle y me asomé a la ventana. Lucas llegaba alegre, sonriente. Nos llegó la hora. Bajé corriendo tan rápida y silenciosamente que pude, llegando a la puerta antes de que mi amigo pudiera tocarla. La abrí y me escurrí fuera de la casa intentando parecer normal.

- ¡Lucas! -saludo con una sonrisa un tanto falsa y tratando que no se notara mi agitación.
- Sophia, ¿por qué tan exaltada? -se sorprende.
- Sé que esta salida tenía que ser sólo para nosotros pero… surgió un incidente -anticipé.
- No comprendo.
- Nicholas llegó de imprevisto y quiere quedarse -solté. Lucas torció el gesto en señal de desaprobación- Lo sé… no lo soportas pero no puedo echarlo de aquí ¿o si?
- Al diablo con la educación, Sophia. Arruinará nuestra salida… Déjame entrar, yo lo saco -dijo avanzando hacia la puerta.
- No, no, no -corrí y me interpuse- Por favor. No comentas una tontería. Las cosas saldrán bien, te lo aseguro.
- Los daños corren por tu cuenta -advirtió.
- Hecho -asentí no del todo segura.

Vanessa y Nicholas estaban inmersos en una interesante y divertida conversación, la cual fue interrumpida por un innecesario carraspeo de parte de Lucas.

- Lucas -saludó Nick, más entusiasmado de lo necesario o imaginable- Que bueno verte -continuó poniéndose de pie y extendiéndole la mano a mi amigo.
- Nicholas -respondió él dando un paso atrás, con una risa, lo suficientemente fingida como para que un ciego lo notase- Me temo que no puedo decir lo mismo de ti, lo siento.
- Que bueno que llegaste, ya se nos estaba haciendo tarde. ¿Se estropió el reloj o algo por el estilo? Procura llegar más temprano la próxima ¿si?
- Gracias, Vanessa, por suerte mi reloj y yo estamos bien -dijo sarcásticamente- Un simple “hola” era suficiente -continuó dejando la broma atrás.
- ¿Nos vamos? -invitó Nicholas, sacando una peluca y unos lentes. Se veía absurdo. Reprimí una risita.
- ¿Qué demonios es eso? -se mofó Lucas.
- Esto, mi amigo, se llama camuflaje.
- Como quieras -respondió
- Vamos -corté.

Tan pronto como atravesé el umbral de la casa, ambos se prendieron de un brazo cada uno y me miraron ansiosos.

- Muchachos… yo puedo sola, gracias -me soltaron y corrieron hasta el auto e intentaron abrir la puerta del piloto, sin éxito- Yo conduzco, permiso -dije manteniendo el dispositivo de la alarma en alto.

Se alejaron y yo me introduje en la cabina, seguida de Vanessa quien se sentó atrás. Los muchachos peleaban por el derecho de sentarse delante. Lucas señaló hacia el lado opuesto, murmurando algo, y Nicholas volteó. Mi amigo aprovechó su distracción para ganarle.

- Son patéticos -masculló Vanessa antes de que Lucas se nos uniera.
- Tu amiguito es más tonto de lo que aparenta -se mofó él. Nick terminó sentado junto a mi amiga, rendido.

Tan pronto como me estacioné, bajé del auto y arrastré a Vanessa junto a mí evitando que se me acercaran otra vez. Ella los envió a comprarlos boletos y la comida, cosa que agradecí. Nos divertimos un rato viéndolos discutir en la cola e incluso en la ventanilla.

- Nicholas quería ver una de princesitas -informó Lucas.
- Eso no es cierto -le refutó Nick
- ¡Basta! ¿si? -los reprendí.
- Lo siento -respondieron al unísono.

Ésta iba a ser una larga velada...