miércoles, 22 de diciembre de 2010

No lo permitiremos... Cáp. 9

Nicholas hacía hasta lo imposible para recobrar mi confianza y yo pues... yo le daba oportunidades. Habíamos iniciado desde cero, y fue para bien porque iniciamos como debimos haberlo hecho antes. Tuvimos varias salidas, como ir al cine, al circo, etc.; aunque en todos los lados nos acosaban los paparazzis y especulaban siempre cosas. Las salidas que él organizaba me dejaban asombradas, una vez cerró un parque acuático para que podamos pasar el día en él y todas sus atracciones. O este chico estaba loco o realmente quería recuperarme mi confianza y ganarse mi amistad. Nicholas se comportaba muy caballeroso conmigo y prácticamente todo había vuelto a la normalidad y me gustaba.

Salí a caminar un rato porque me empezaba a hartar estar encerrada en mi casa. Además el día no estaba tan gris como antes. Ya casi no podía respirar lo cual me sorprendió, solía estar en buen estado físico. Estaba muy cansada así que decidí regresar a casa y poder tomar una ducha para descansar.

-Hola hija- saludó mamá mientras arreglaba unas valijas
-¿Y esas maletas?- las señalé
-Ah, si... ven siéntate-murmuró

Obedecí y me senté

-¿Qué sucede?- realmente no entendía nada
-Bueno, sé que tú tienes una vida y a todos tus amigos aquí... pero...- atropellaba las palabras pero aún así fue fácil entender a donde quería ir

Esperé unos segundos y al ver que no continuaba confirmé mis dudas.

-¿Nos iremos verdad?- pude decir al fin, algunas lágrimas salían de mis ojos

Ella no respondió, pero su silencio avivó mi lloriqueo

-¡Responde!- sollocé
-Sí- masculló por lo bajo
-¿¡Por qué!?- dije mientras me paraba
-Tranquilízate, ven siéntate- ordenó mi madre con tono comprensivo
-¿Por qué?- volví a inquirir ya más calmada
-Lo que sucede es que a Andrew y a mi nos ofrecieron un trabajo mejor en Italia y... pues...
-Aceptaron- concluí
-Sí...
-Aceptaron sin siquiera hablar con nosotras- le reproché
-Hija, oportunidades como estas no se aparecen dos veces- se excusó- Hija... yo lo siento tanto como tu pero... es lo mejor para la familia... tendremos un mejor salario y más comodidades...- dijo con una sonrisa tratando de convencerme

Sentí que la cólera bajó como una corriente eléctrica a través de mi columna y al fin pude emitir sonido alguno

-Entiendo- seguí sollozando- ¿Cuándo nos vamos?
-Aun en dos meses
-¿Y por qué estás empacando?
-Bueno, es que esta ropa es de verano y ya no la usaremos, y tenemos que empezar a enviar algunas cosas. Andrew y yo nos iremos esta semana, el viernes más especifico, para poder arreglar todas las cosas en la casa nueva y así cuando lleguen las dos todo este listo
-Ok, entiendo- me mostré comprensiva- iré a mi habitación
-Esta bien... Verdad, por favor separa lo que sea de verano y tráelo ¿si?
-Si, claro- no pude articular más.

Las lágrimas pedían a gritos salir de entre mis ojos. Subí a mi cuarto y llame a Vanessa.

-¿Hola?- respondieron al otro lado de la línea
-¿Vanessa?- sollocé
-Qué sucede?- la escuché preocupada

Le conté un breve resumen de lo sucedido y mencionó que salía de casa y que en pocos minutos llegaría. Aunque amaba mucho a mamá y a Andrew, no quería irme a Italia, no ahora...

-Hola-dijo Vanessa mientras me abrazaba, en la puerta aún.
-Hola, pasa-entró y dejó sus cosas sobre el sofá y después volteó a verme.
-Ahora sí, cuéntame todo-pidió sentándose. Me senté a su lado y, con gran dificultad por las lágrimas y sollozos, le conté todo.
-No puede ser...Pero…debe haber algo que se pueda hacer ¿no?
-No lo creo…-respondí con pesar.
-Amiga…Sophy no te puedes ir…-no pudo continuar pues el timbre la interrumpió. La dejé en la sala y fui a ver quien era. Nicholas.
-Hola, ¿Qué...-lo detuve con un fuerte abrazo al cual el respondió acariciando mi cabeza y rodeándome -¿Por qué lloras?

Me aparté un poco

-Me voy-murmuré
-¿Te vas…a dónde?
-A Italia-respondió Vanessa
-¿A Italia? No puede ser
-No quiero irme-continué

Me tomó de la cintura y me abrazó

-Nadie se irá, tranquila
-Exacto Sophy. No permitiremos que te vayas
-Arreglaremos las cosas y te quedarás, ya verás
-No lo creo
-Ya verás, pequeña, tranquila ¿si?-me abrazó otra vez

Continuaron consolándome durante un rato más, hasta que logré componerme, al menos un poco.

-Gracias chicos. Son lo mejor
-Lo sabemos-dijeron al unísono, a lo que nos miramos y reímos.

Después hablamos sobre los planes que podríamos llevar a cavo para evitar mi traslado a Italia. El tiempo se nos pasó como volando. De pronto se escuchó el coche de mamá aparcando en la entrada.

-Nicholas, es mejor que te vayas-advertí
-¿Por qué?
-Mi hermana se volverá loca si te ve-Nicholas me miró divertido y luego se despidió

Tuvo que salir por la puerta trasera.La puerta se cerró al mismo tiempo que la principal se abrió.

-Fiuf-dijimos aliviadas.
-¿Fiuf qué?-interrumpió Leha
-Nada
-Raras-dijo con esa estresante voz suya
-Gracias- respondimos en coro con sarcasmo

1 comentario:

  1. jajajajaja que linda esta tu historia :) no me acordaba, espero pronto el proximo capitulo conti^^

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